¿Dónde estás tú?Muestra

Existen muchos distractores que nos roban la atención. Vayamos de regreso al huerto, ¿qué estaba pasando con Eva y la instrucción de Dios?

Quizá Eva le dio vueltas al árbol, preguntándose: ¿Por qué no podían comer de él Si realmente se veía apetitoso? ¡Y de repente se topa con una serpiente astuta y parlanchina, motivándola a comer del árbol prohibido, desafiando la orden de Dios! Y Eva solo necesito un pequeño empujón para caer en la trampa.

En este momento, ¿dónde está tú? ¿Con quién estás conversando? ¿Qué ideas has traído en la cabeza? ¿Cuántas tentaciones están frente a ti?¿Cuáles son los deseos de tu carne? ¿Estás bien consiente de que tienes un enemigo que quiere tu alma?

Hay conversaciones tan peligrosas que son trampas mortales que destilan muerte presentadas como el fruto del árbol, no sabremos con certeza, que tan delicioso se vería y mucho menos si a Eva le agrado el sabor.

Pero, lo que sí sabemos es que la caída trajo, vergüenza, miedo, dolor, amargura y la separación con Dios. ¡Total desesperanza!

Las malas conversaciones, corrompen las buenas costumbres, ¿con quién platicas tú? ¿Qué es lo que platicas?

Eva fue engañada y comió, no conforme con eso le dio de comer a Adán quien no se opuso, ni se resistió en lo absoluto. En ambos la tentación empezó a trabajar, no pusieron atención en la consecuencia y solo necesitaron un ligero empujón, tal vez fueron unos minutos el tiempo que duro la conversación de Eva con la serpiente para caer.

Oremos: Señor, tu conoces todo de mí, mi levantar y acostar, lo que pienso y lo que he hecho, perdóname por mis pecados y ayúdame a poner atención en las palabras de mi boca y en las conversaciones que tengo con las personas, guárdame del engañador y no permitas que caiga en su trampa, que tu palabra alumbre mi camino. Te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Amén!