Jesús VeMuestra

¿Cuál sería tu respuesta cuando vieses a Jesús viniendo hacia ti caminando sobre el mar? ¿Gritarías de felicidad? ¿Llorarías del miedo que pensabas que no vendría? Serían reacciones naturales, «pero cuando los discípulos lo vieron andando sobre el mar, se turbaron, y dijeron: "¡Es un fantasma!" Y comenzaron a gritar de miedo» (Mt. 14:26).

A veces la ayuda está parada frente a nosotros, pero no vemos que es de Dios, sino que pensamos que son "fantasmas". Esto sucede porque antes de de "ver al fantasma", nuestro corazón se turba. El ver y llegar a una mala conclusión (mal juicio) de algo nos lleva a no ver a Dios cuando Él se está haciendo visible a nosotros. Es algo muy peligroso. Por ésta razón, más adelante, Jesús les da un mandamiento: «No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí» (Jn. 14:1). En otras palabras, Jesús está dejando en claro que la misma calidad de fe que se pone en el Padre es la misma calidad de fe que debemos depositar en el Hijo.

Tristemente, en lugar de gritar: "Señor, viniste por nosotros", ellos gritaron: "Fantasma". En lugar de sentir alegría por ver la realidad de Jesús sobre el mar, ellos sintieron miedo por ver lo irreal caminando sobre el mar. Las aflicciones y pruebas nos nublan el raciocinio espiritual y nubla los sentidos para recordar que Jesús está con y por nosotros; siempre viene a nuestra ayuda. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Reconoceremos su llegada con el Señor que calma las tormentas del alma o como un fantasma?