Unidos a CristoMuestra

EL PLAN ETERNO

Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos (Efesios 1:4 NTV).

Para nuestra mente débil y limitada puede resultar difícil entender que antes de la fundación del mundo Dios nos haya escogido. Así es, antes de Génesis 1:1 Dios ya nos había elegido, y la Biblia afirma que nos eligió en Cristo. ¿Qué implica esta elección? Pues bien, esto quiere decir que, mirando Dios hacia el futuro, y sabiendo que hemos de existir, nos consideró como buenos candidatos para participar de una relación especial con Cristo. El plan eterno de Dios consiste en que estemos unidos a Cristo.

¿Recuerdas aquel día en el que te encontraste con Jesús y Su amor? ¿Te acuerdas de ese momento en el cual sentiste el amor de Dios para tu vida? Si lo recuerdas, debes saber que ese día fue planeado desde antes de la fundación del mundo. Por eso, la Biblia llama a ese amor, amor eterno. Y desde aquel momento, Dios nos vio como personas dignas de tener una relación personal con su Hijo. Dignos de estar unidos a Cristo.

Es verdad que cuando empezó nuestra existencia no estábamos viviendo en este plan eterno. Éramos desobedientes, seguíamos los deseos de nuestro propio corazón que nos llevaba cada vez más lejos de Dios. Cuando estábamos separados de Dios, lo que menos hacíamos era vivir para honrar a Dios. Esto se debía a que no estábamos unidos a Cristo por causa de nuestra naturaleza pecaminosa. Es por esta razón que el pecado es completamente malo, porque nos separa de Dios y nos impide vivir en el plan eterno de Dios.

Fue necesario que Jesús viniera a nuestro mundo para que podamos volver al plan eterno de Dios. Porque estamos unidos a Cristo somos llamados santos, es decir, apartados para ser exclusivos para Dios. Antes de existir, nosotros fuimos apartados, separados para ser suyos, para darle honor y gloria. Esto es algo que sin Cristo es imposible

Ahora, gracias a la unión con Cristo es que somos intachables a sus ojos. La mancha del pecado que nos descalificada fue limpiada por la sangre de Cristo. Y podemos vivir en el plan eterno de Dios.

Este plan solamente se puede vivir si estamos unidos a Cristo. Desde la eternidad Dios ya nos había dado la gracia, ese regalo inmerecido de la salvación en la unión con Cristo. Y nos ha llamado para que seamos cercanos a Él.