Unidos a CristoMuestra

NUESTRO HOY EN CRISTO

Sabemos que desde el principio (el pasado) hemos sido elegidos en Cristo, pero ahora necesitamos comprender nuestro presente en Cristo.

Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20 NBLA).

Hemos sido atraídos a una relación real con Cristo Jesús; no solamente que era un pensamiento o deseo de Dios cuando todavía no existíamos. Pues una vez que llegamos a existir, debemos empezar a vivir en esa unión por la cual fuimos escogidos. Por una razón como esta es que Dios nos llama y nos acerca a Él, para marcar nuestro presente con su poder y con su esencia, de tal manera que la nueva vida que ahora vivimos lo hagamos en la fe en Cristo Jesús.

Jesús les dijo a sus discípulos que no los dejaría huérfanos. Que, aunque Él no esté presente, se mantendrían unidos a Él por medio de la obra del Espíritu Santo, el otro Consolador, el que iba a ser enviado para caminar con ellos y con todos los creyentes a partir de ese momento.

El Espíritu Santo obra en nosotros produciendo una nueva persona con un nuevo carácter gracias a que estamos unidos a Cristo. Esta obra del Espíritu Santo en nosotros es día a día. Hoy es el día en que el Espíritu me hace más y más parecido a Cristo. Nos es necesario nacer de nuevo, nacer del Espíritu, para poder ver el Reino de Dios. Hemos sido llamados a una nueva vida, producto de la muerte y la resurrección de Jesús y que el Espíritu Santo trabaja y moldea en nosotros.

Hoy sabemos que ya no somos esclavos de la ley. Hoy sabemos que el pecado ya no se enseñorea de nosotros. Hoy sabemos que estamos muertos al pecado. Hoy sabemos que estamos vivos para Dios. Hoy sabemos que tenemos todo lo necesario en Cristo para superar el pecado. Hoy sabemos que tenemos vida eterna. Hoy sabemos que somos regenerados por la obra del Espíritu Santo. Hoy sabemos que somos justificados delante del Padre. Hoy sabemos que somos libres y que vivimos en el Espíritu. El hoy del creyente se vive en la unión a Cristo y en el caminar diario con el Espíritu Santo.

Nada de esta nueva vida sería posible sin la unión a Cristo. Nuestro hoy en Cristo está caracterizado por las bendiciones espirituales que están en Él. Y es el Espíritu Santo el que nos da las bendiciones que Cristo ha ganado para nosotros.