Unidos a CristoMuestra
IMITADORES DE CRISTO
Amado, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios. El que hace lo malo no ha visto a Dios (3 Juan 1:11 NBLA).
Las personas tenemos una capacidad para influenciar a otras personas en las cosas que hacemos, decimos y pensamos. El consejo de la Palabra de Dios para los creyentes es que imitemos lo bueno, que no dejemos que lo malo nos pueda influenciar de tal manera que nos lleve a imitar lo que otros hacen y sabemos que es malo. La influencia de lo malo no proviene de Dios, sino de los que no han visto o no conocen a Dios.
Si afirmamos que estamos unidos a Cristo y que estamos disfrutando de los beneficios de estar en Él, hay una sola cosa que debemos procurar, ser imitadores de Cristo.
Imitar quiere decir actuar del mismo modo en que otro actúa. En este caso, la unión con Cristo implica que debemos actuar como Cristo, seguir su ejemplo, tener a Cristo como nuestro parámetro y buscar ser a su semejanza.
Podrías hacerte estas preguntas de evaluación: ¿A quién estoy imitando en mi día a día? ¿A quién me estoy pareciendo más?
Probablemente hay alguna persona que ha influenciado en tu vida de tal manera que te pareces a ella en muchos aspectos. Pueden ser tus familiares o tus amigos. Todos tenemos algo del círculo social que nos rodea. Pero el imitar a Cristo va mucho más allá. Se trata de ser influenciados de tal manera por Cristo, Su vida y Su ejemplo, para que nosotros empecemos a imitarlo a Él.
Por todo lo que nosotros hagamos, Cristo debe ser glorificado; por las palabras que salgan de nuestra boca, Cristo debe ser honrado; imitar a Cristo es nuestro llamado, es nuestro propósito.
Debemos amar a otros tal como hemos aprendido del ejemplo de Cristo. Debemos aceptar a los demás, así como Cristo nos aceptó a nosotros. Y así entendemos que nuestro llamado es a imitar a Cristo que vive en nosotros, y que de esa manera Cristo recibe la honra y gloria que merece.
Cada vez que imitamos a Cristo estamos creciendo en su imagen, y estamos llegando a ser semejantes a Él. Desde el principio, antes de la fundación del mundo estábamos en Cristo. En el presente no solo estamos en Cristo, sino que fuimos predestinados a ser transformados, según su imagen. Y en el futuro, cuando Cristo venga, se completará esa semejanza.
Por esta razón nuestros ojos deben estar puestos en Jesús. Y nuestra voluntad puesta en el Espíritu, el cual nos transforma cada vez más y más a su imagen.
Acerca de este Plan
Saber que estamos unidos a Cristo debe ser uno de los primeros conocimientos que debemos adquirir en nuestra vida de fe. El saber que estamos unidos a Cristo debe ser el fundamento de cualquier desarrollo espiritual en nosotros. Todo beneficio que podamos experimentar en la vida cristiana tiene como base el hecho que estamos unidos a Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Christian Chiluisa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/capellan.chris/