Dirección, desvíos, liberación

Probablemente uno de los mayores malentendidos sobre la fe cristiana por parte de la gente sin fe en un entorno postcristiano, es la creencia de que el cristianismo está lleno de reglas que impiden a la gente vivir una vida plena y divertida. Los que tenemos una verdadera relación con el Señor sabemos que esto no podría estar más lejos de la verdad. Hemos experimentado momentos reales de intervención divina y liberación que no sólo han mejorado nuestras vidas, sino que también nos han salvado de años de dolor y sufrimiento.

Tanto si ha sido un versículo que nos ha llamado la atención en nuestro tiempo de silencio con el Señor, un impulso del Espíritu Santo para hacer algo diferente, un encuentro al azar en una cafetería, o una puerta abierta que de repente se cerró de golpe, cuando miramos atrás, podemos ver que el Señor nos ha salvado continuamente de nuestros propios terribles errores y de las manos de personas sin escrúpulos.

Sus beneficios no acaban ahí. Incluso cuando hemos ignorado sus indicaciones o consejos, el Señor sigue mostrándonos su amor y su misericordia. Aunque nos enfrentemos a las consecuencias de nuestros actos, hemos comprobado que el Señor nos acoge de nuevo en su relación con él. Podemos recuperarnos de nuestros errores y seguir adelante con nuestras vidas.

Una vez oí decir a un predicador: "Como nada es imposible para Dios, cuando cometemos un error y damos un rodeo, pero al final volvemos a la guía del Señor, sus planes B, C, D o Z pueden resultar mucho mejores que su plan original A".

¡Así es nuestro Dios!