Menos estrés

La gracia común (Mateo 5:45) y principios piadosos como cosechar y sembrar (Gálatas 6:7), el trabajo duro (Proverbios 14:23) y la generosidad (Lucas 6:38) hacen que los no creyentes experimenten cosas buenas. Muchos tienen acceso a cosas materiales que les facilitan la vida. Pero los que creemos en Dios tenemos un beneficio añadido. Ya no tenemos que esforzarnos sin cesar por conseguir cosas buenas porque sabemos que todo don bueno y perfecto procede en última instancia del Señor (Santiago 1:17) y que sus planes para nuestras vidas son mucho mayores y mejores que nuestros propios planes (Isaías 55:8-9). Podemos estar tranquilos sabiendo que Él tiene el control. Si estamos dispuestos a aceptar este beneficio de servir al Señor, no sólo disfrutaremos de nuestras vidas y tendremos paz mental, sino que es probable que reduzcamos nuestra exposición a problemas de salud relacionados con el estrés.

Otra razón más para estar agradecidos.

Salmo 103:5 - Él llena mi vida de bienes. Mi juventud se renueva como la del águila (NLT).