Un Principio Del Reino: La HonraMuestra
HONRA A LOS PADRES
El día en que tuve un despertar a la honra comencé a pensar en cómo estaba mi obediencia a Dios. Mientras reflexionaba el Espíritu me daba convicción de mi pecado, meditaba en la incongruencia de mi fe y mis obras.
Y me di cuenta de que el pecado de la deshonra había pasado desapercibido por mucho tiempo. Quizás por bastante tiempo este pecado había sido tomado con ligereza o con menor peso de “gravedad” que otros, no sé si tú has caído en el error de categorizar el pecado, pero la verdad es que el pecado es pecado ante Dios.
En lo personal, cuando comencé a pensar en el mandato de honrar a mis padres, me preguntaba:"¿He honrado a mis padres?” cuando pensaba en esto, mi respuesta era: “Sí, sí he dado honra”, porque creía que en realidad lo estaba cumpliendo, pero Dios me mostraba que una obediencia a medias era desobediencia.
Cuando pensaba en mi mamá no me quedaba duda de que la honraba, pues le demostraba aprecio, estima, la valoraba, la respetaba, le daba amor y reconocimiento, pero las cosas cambiaban con mi papá. Cuando pensaba en él, una voz interna muy sutil me decía: “¿Y tu papá?”, debo reconocer que estuve ignorando esa voz interna por algunos días.
Sin embargo, dicha voz se fue potencializando hasta retumbar muy fuerte en mi interior. Con el paso de los días, descubrí que no era yo, sino que era la voz de Dios, por medio de su Espíritu quien me estaba hablando fuertemente y me volvía a decir: “¿Y tu papá? El mandato de honra dice PAPÁ y mamá, no dice mamá únicamente”.
Recuerdo que no tenía mucho que había sido día de las madres. Fecha en la cual, Dios me había puesto a compartir a los niños de la iglesia sobre la honra a los padres. Cuando me dieron el tema, aún pensaba: “Hablaré de la honra a las madres, por ser día de las madres.” Pero, la voz de Dios volvía a retumbar en mí, diciendo: ¿y los padres?
Te comparto esto porque quizás también pueda sucederte lo mismo que a mí, quizás puedas aceptar que no has brindado honra a ninguno o por lo contrario puedas creer que estás honrando a tus padres cuando en realidad tampoco lo has hecho.
El despertar a la honra no sucedió de la noche a la mañana, como te darás cuenta me llevó días aceptarlo y demostrar el arrepentimiento, pero todo comenzó una noche. Dios fue muy paciente conmigo, como lo es para con todos, y comenzó a abrir mis ojos. Veía el pecado de la deshonra en otras personas al mirar sus comportamientos hacia sus padres y en este punto siendo sincera llegué a pensar: "¡Qué crueles hijos son!”, cuando de pronto Dios me permitía ver la viga en mis propios ojos, viga que tenía que sacar.
Ahora sabía lo que debía hacer, pero mi orgullo no quería hacerlo y se negaba a hacerlo a pesar de que Dios acomodaba todo para tener la oportunidad de confesarlo ante mi papá. No se lo confesé hasta que Dios me confrontó diciendo: “no subirás a cantar en el altar sin antes hacer lo que tú sabes que debes hacer”, “no seas hipócrita, ¿cómo deseas subirte y cantarme una alabanza y adorarme con tus labios, si no eres capaz de adorarme abajo del altar, brindándole honra a tu papá?", "de labios me honras, pero tu corazón está lejos de mí”.
Aquel día cuando mi papá y yo íbamos solos rumbo a la iglesia, comencé a hablarle de la honra y a decirle todo lo que Dios me había dicho, me quebranté y lloré, le pedí perdón y le puse una canción que Dios me había dicho que le pusiera, recuerdo que Dios me dijo: “cuando le pidas perdón a tu papá, le pones esa canción que tanto le gusta a él. Tú no lo sabes, pero él siempre ha deseado que sus hijas le dediquen esta canción”.
Y eso hice, el día que le pedí perdón a mi papá, le puse la canción.
Mi papá comenzó a llorar. Llegando a la iglesia él comenzó a hablar y a decirme que me perdonaba y que Dios también le había hablado a él.
Recuerdo que nos bajamos de la camioneta y le dije: "¿Te puedo dar un abrazo? Te amo papá, Dios me dijo que no quería que te brindara una honra de labios y que mi corazón estuviera lejos de ti”.
Fue en ese abrazo en donde nuestros corazones se acercaron y se rompió un patrón de deshonra.
Patrón que quizás también debe ser roto en tu vida y en tu familia. Ahora es tu momento de despertar a la honra, comienza a hacerte las mismas preguntas que yo me hice: ¿Has honrado a tu padre y a tu madre?
Tal vez pudieras responder: “Mmm no, no los he honrado porque no se lo merecen", pero hoy quiero recordarte que Dios nos enseña la honra como un mandato y no como una opción. Cuando Dios nos manda honrar no establece una condición. La honra es incondicional. Sin importar si consideras que tu padre o tu madre ha sido bueno o malo, ha estado o no ha estado presente. De hecho, hay otra razón por la cual debes honrar, ¿sabes cuál es? por el simple hecho de que es tu padre y tu madre.
Dios usó sus vidas como un instrumento para traerte a la Tierra con un propósito.
Debemos comprender que la honra es importante y valiosa para Dios.Es tan importante que la establece dentro de los 10 mandamientos y además nos brinda una promesa de bendición,esto porque conoce lo difícil que quizás puede ser brindarla.
Por otro lado, si aún no sabes detectar el pecado de deshonra y cómo es que se ve actualmente, veámoslo:
La deshonra se ve en los gritos de unos hijos hacia sus padres, en la falta de estima, aprecio, cariño y consideración hacia ellos.
La deshonra se observa en el desprecio, en la desobediencia e incluso en cosas tan simples como en la indiferencia. Hay hijos que al ver a sus padres sienten asco, vergüenza, pena, etc. La deshonra es vista en lo más simple como no prestar atención cuando los padres les hablan, los corrigen o les dan instrucciones. Piensa, ¿cómo ha impactado el uso de la tecnología en esto? Ahora vemos a hijos ignorando a sus padres.
La deshonra se escucha en los comentarios a modo de burla o crítica de una hija hacia su padre en conversaciones con otras personas o al juzgarlos y señalarlos a través de lo que comparten en redes sociales.
La deshonra es vista incluso en la falta de paciencia. ¿Qué tan pacientes somos?
La deshonra en vista en el olvido hacia los padres, en un asilo de ancianos, en los hijos que pierden la comunicación con sus padres, que tardan años en ponerse en contacto con ellos o en visitarlos.
Es fácil notarla y observarla en otras personas, pero verla en nosotros mismos no siempre es fácil.
Pero la verdad es que alguien que no honra a sus padres tampoco honra ni honrará a Dios. Esto es un balde de agua fría. Muchos han creído que pueden honrar a Dios sin honrar a sus padres y esto es imposible. ¿Sabes cómo llamó Jesús a los lideres religiosos que ofrendaban a Dios como excusa para no honrar a sus padres?
“hipócritas”. ¿Por qué? porque aparentaban honrar a Dios y tener una devoción y amor por Él pero no honraban a sus padres. Esto era incongruente e hipócrita como lo vimos al principio de este devocional, y Jesús lo describió así. Pero no nos sorprendamos, no es momento de mirar a los demás sino de mirarnos a nosotros mismos, ¿qué excusas hemos puesto?
Quizás no hemos sido religiosos o no hemos puesto excusas religiosas, pero si hemos puesto otras excusas para no brindarles honra.
En este pasaje, Jesús nos enseña que otra forma de honrar a nuestros padres es cuidando de ellos. Si tenemos la posibilidad de ayudarlos y proveerles bendiciéndolos económicamente, hagámoslo, esto agrada a Dios. Es impresionante que ahora vemos a los hijos cobrándoles a sus padres aquello que les “prestaron” aun cuando todos viven en la misma casa y ellos mismos comen de ahí. No seamos ingratos ni hipócritas, no pretendamos decir que amamos a Dios y lo honramos cuando no amamos ni honramos a nuestros padres.
Honrémosles orando por ellos, otorgándoles perdón, no hablando mal de ellos ni burlándonos ni criticándolos o juzgándolos. Honremos a nuestros padres teniéndoles paciencia y considerándolos. Nuestro deber es brindarles honra, obedecerlos, escucharlos, respetarlos e incluso aprender a guardar silencio cuando hablan. Hay muchas formas de honrarlos. Reconoce su autoridad y su papel como tu padre y tu madre.
En la Biblia leemos diferentes historias.
Dentro de las historias de deshonra encontramos a:
Cam, hijo de Noé. Historia en Genesis 9:18-27.
En la actualidad estos son los hijos que, en lugar de orar por sus padres en lo secreto, cubriendo su desnudez (sus errores, sus debilidades, sus luchas), los exhiben públicamente criticándolos, señalándolos, juzgándolos y burlándose de ellos frente a otras personas o en redes sociales.
Hijos de Elí: Ofni y Finees. (1 Samuel 2:12-17, 22-25)
Ofni y Farees fueron hombres impíos. La Biblia nos dice que no tenían conocimiento de Dios, incluso cuando servían como sacerdotes. ¿No es esto sorprendente? La falta de conocimiento de Dios en estos hombres era evidente en su falta de honra tanto a Dios como a su padre pues no guardaron ni obedecieron la instrucción y corrección. Cabe resaltar que la deshonra es una de las características de los hombres impíos en los últimos días, de acuerdo a 2 Timoteo 3 la desobediencia, la ingratitud, la soberbia, la avaricia y no tener afecto natural son mencionadas dentro del carácter del hombre en los postreros días.
Quizás muchos pudieran alegar que la deshonra no se menciona como tal en estos versículos, sin embargo, sí vemos que algunos de sus características son descritas en ellos.
Sansón (Jueces 14:1-3)
Sansón fue obstinado y demostró una indiferencia pecaminosa por sus padres y por la voluntad de Dios. En la actualidad estos son los hijos que se comportan obstinados, no siguiendo la instrucción y consejo de su padre ni de su madre sino haciendo su propia voluntad desobedeciendo, deshonrando a Dios y a ellos.
Sin embargo, no todo es deshonra, también hay historias de honra, algunos ejemplos son:
Salomón (1 reyes 2:19)
En la actualidad los hijos que son como Salomón brindan honra a pesar del pasado o del pecado de sus padres y les brindan reconocimiento. Salomón recibió con hospitalidad a su madre Betsabé. Se levantó a recibirla, se inclinó ante ella, volvió a sentarse en su trono e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra.
Los hijos como Salomón son hombres y mujeres sabios en cuya sabiduría honran a sus padres. Sabemos que en su gran mayoría los proverbios fueron escritos por él. Libro que hace mención continuamente de escuchar, prestar atención y obedecer a los padres.
¡JESÚS!
No podríamos finalizar este devocional sin mencionar a quien es nuestro mayor ejemplo de un hijo que honró: JESÚS. La vida de Jesús aquí en la tierra estuvo caracterizada por una vida de obediencia y sumisión primero a su Padre celestial y por supuesto que a sus padres terrenales. Aun antes de morir, Jesús estando en la cruz encargó el cuidado de María a Juan. Tan importante es para Jesús la honra que, estando clavado en la cruz, con dolor, cansancio y quizás con dificultad para respirar, habló diciendo: "He ahí tu madre", importándole el cuidado, provisión y bienestar de ella ((Juan 19:26-27).
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Acerca de este Plan
¿Hemos reconocido la deshonra como pecado o lo hemos minimizado de tal forma que no lo consideramos pecado? ¿La deshonra se ha vuelto tan común que ha pasado desapercibida? ¿Cómo es vista la deshonra en lo cotidiano? En medio de una generación que ha olvidado el mandato de la honra que caracteriza el vivir del Reino, es necesario un despertar. Dios quiere traer un despertar a la honra.
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Nos gustaría agradecer a Fátima Meza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/soyfatimaa