¡Clama! Y Sigue a CristoMuestra

Ahí donde estás, clama.

¿Alguna vez te has sentido ignorado, abandonado, cómo si nadie supiera o le interesara que existes?

Bartimeo, un mendigo ciego, vivía esa realidad cada día. Se sentaba junto al camino todos los días pidiendo por alguna moneda, él escuchaba como la gente pasaba a su lado sin prestarle atención.

Ser ignorado no era lo único que padecía, ya que tampoco tenía identidad propia. Para el mundo, él no era más que "el hijo de Timeo", "el mendigo", "el ciego", eran las etiquetas, los títulos que el mundo le había dado.

Pero un día, algo fue distinto en ese camino que conocía tan bien. Si bien seguía sin poder ver, sintió algo diferente en el ambiente. Aquel hombre que pasaba no era cualquier hombre, oh no, era Jesús, el Rey de Reyes. Bartimeo sabía que Él podía transformar su vida.

Así que, aun cuando te sientas rechazado por el mundo, Clama, pide con insistencia. A veces no vemos el resultado que queremos porque desistimos, pero Dios quiere que clamemos, que le llamemos y busquemos en cualquier circunstancia. Bartimeo no esperó a arreglar su vida, o estar en una mejor situación para clamar a Jesús, sabía que el único que podría hacer algo era Jesús.

Dios permite la situación en la que te encuentras para voltear tu mirada a Él, para llamarle con insistencia. Él anhela una comunión contigo, así que ve hoy al trono de la gracia. No dejes que el mundo, tu situación actual, las etiquetas o títulos que el mundo te ha dado te alejen de la comunión íntima por la cual Jesús murió por ti.