¡Clama! Y Sigue a CristoMuestra
A pesar de las circunstancias, clama.
¡Jesús hijo de David, ten misericordia de mí!
Imagina la escena: Jesús rodeado de una multitud, personas hablándole, empujándolo, queriendo acercarse a Él. La única manera en que este ciego y mendigo podía hacerse notar entre la multitud era gritar, y eso hizo, gritó, le gritó a Jesús con desesperación porque lo necesitaba. Pero, ¿qué recibió este hombre de aquellos que seguían a Jesús? Rechazo, sí, muchos le reprendían para que se callara.
El mundo, el pecado, e incluso los más cercanos a ti pueden querer callar tu clamor. Seduciendote para actuar como todos, a conformarte con lo que tienes, incluso con lo que ya has experimentado de Dios. Y entonces corres el riesgo de no avanzar.
Pero, ¿sabes lo que hizo Bartimeo? Él clamó con más fuerza. Que maravillosa lección, él no hizo caso de quienes lo reprendían, simplemente aumentó su clamor. Cuánto más lo callaban, más fuerte gritaba. Cuando el mundo o las circunstancias te quieran ahogar, es cuando más fuerte debes clamar. Gritar por sobre todo el ruido que quiere impedir que escuches a Jesús.
Clama, cuando sientas que todo está en tu contra clama, clama tan fuerte que tu oración llegue hasta el trono celestial, hasta el trono de la gracia.
Escrituras
Acerca de este Plan
Dios ha prometido estar cerca de los que le buscan y de los que son persistentes y perseverantes. En medio de este mundo, que busca apagar nuestra relación con Dios y distraernos con cosas fáciles, con lo superficial, es esencial que mantengamos nuestra mirada fija en Dios. A través de este plan aprenderemos, de la historia de Bartimeo, como el clamor es dar un paso más allá en nuestro encuentro diario con Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Red de Iglesias Misioneras Internacionales - RIMI por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://rimiinternacional.com