Viviendo Fielmente en Una Tierra Sin FeMuestra

La mano del alfarero

Lectura: Jeremías 18:1-12; Jeremías 18:18; Jeremías 25:1-3; Jeremías 25:11

EOAO: Jeremías 18:6

“¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice el Señor. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel".

En el Texto

Antes de comenzar nuestro estudio del libro de Daniel, veamos lo que otro profeta de esa época dijo acerca de por qué Dios permitió que su pueblo fuera llevado a Babilonia.

Jeremías fue enviado al pueblo de Judá porque había roto repetidamente su pacto con Dios. Había mucha injusticia social. Adoraban a otros "dioses" e incluso sacrificaban niños. Estaban yendo en la dirección equivocada, se estaban alejando de Dios.

Durante casi 25 años, Jeremías había estado advirtiendo al pueblo de Judá que cambiaran sus costumbres para que pudieran prosperar en la tierra que Dios les había dado. Se suponía que la Tierra Prometida era el lugar en que el pueblo de Dios lo adoraba y atraía a otras naciones hacia Él. Sin embargo, el pueblo no escuchó a Jeremías. En cambio, fue maltratado y la mayoría de la gente afirmó que Jeremías estaba equivocado. Pensaron que Dios no permitiría que su pueblo fuera sacado de la tierra, pero Dios nunca hizo esa promesa.

Incluso antes de entrar a la Tierra Prometida, Moisés les advirtió que obedecieran a Dios (Ver Deuteronomio 28). Si no obedecían a Dios, Él no les permitiría permanecer en la tierra. Otros profetas habían dicho lo mismo. Jeremías incluso predijo que Dios usaría a Babilonia para derrotar a Judá y gobernar sobre ellos durante 70 años.

A todos nos gusta escuchar las cosas positivas que la gente dice sobre nosotros. Disfrutamos que nos recuerden que Dios nos ama tal como somos. Pero podemos estar menos interesados ​​en escuchar verdades como que Dios detesta nuestro pecado; que Él quiere más para nosotros; o que Él quiere que mejoremos para ser más como Jesús.

Mira nuevamente el versículo EOAO. Léelo en voz alta pero reemplaza “casa de Israel” con tu nombre.

¿Qué tan enseñable eres? A menudo estamos más centrados en las cosas temporales de este mundo. Dios quiere desarrollar tu relación con Él y tu carácter porque está interesado en moldearnos a su semejanza. ¿Estás dispuesta a dejarte moldear?

Oración

Padre Celestial, confieso que a menudo quiero ignorar mi propio pecado. Hago lo que es fácil en lugar de lo que sé que es correcto. Dios, ¿puedes moldearme y hacerme más como Jesús? Ayúdame a escuchar tu Palabra y ponerla en acción. Amén.