Haz una ReverenciaMuestra

¿Alguna vez has participado en una carrera de tres piernas? Intenta recordar un día de campo en la primaria para refrescar tu memoria. En el juego, una de tus piernas está amarrada a la de un compañero, y se tienen que mover juntos como si fueran una sola persona. Verlo es súper divertido, y hacerlo es mucho más difícil de lo que parece. Para cruzar la meta juntos, deben dar cada paso como si fueran uno solo. Para algunos, eso es más fácil que para otros.Normalmente vemos la vida como una carrera individual de velocidad. Creemos que tenemos que hacer todo solos, pero al final, nos cansamos de correr solos. La realidad es que Dios nos creó para correr la vida como una carrera de tres piernas. Sí, suena loco, ¡pero es verdad! Fuimos creados para apoyarnos unos a otros, cada quien trabajando en su propio propósito y usando sus dones para sostenernos mutuamente y compartir el amor de Dios con el mundo. Cuando trabajamos juntos con confianza y humildad, vemos el cuerpo de Cristo en acción.

Piensa en las personas en tu vida que son más difíciles de amar o de comprender. Esta semana, pídele a Dios que te recuerde que ellos también son parte del mismo cuerpo de Dios. Pídele a Dios que te revele la belleza que existe en las diferencias y que los ayude a trabajar juntos para su gloria.