Haz una ReverenciaMuestra

La verdad es que la humildad es una cualidad difícil de poner en práctica. Cuando alguien nos habla de manera despectiva, no queremos responder con bondad, sino responderles con la misma moneda. Cuando nuestros amigos están felices, pero nosotros estamos luchando, puede ser difícil para ellos sentirse realmente alegres. Cuando pensamos que somos buenos en algo o que sabemos más de un tema, podemos dejarnos llevar por el sentimiento de estar en lo correcto. Pero solo porque esas sean nuestras respuestas instintivas, no significa que sean las mejores respuestas. Lo hermoso del evangelio es que la gloria de Dios se manifiesta mejor cuando tratamos de ser más como Jesús. En términos prácticos, eso significa que debemos dejar que Dios obre en nosotros para hacernos más como Jesús en cuanto a humildad. Cuando lo hacemos, es más fácil dejar de lado nuestras emociones por el bien de los demás. Es más fácil responder ante cada situación cuando tenemos la humildad que viene de Jesús.

Hoy, escribe este pasaje en un lugar donde lo veas a menudo. Cuando lo veas, léelo como si fuera una oración y pídele a Dios que obre en tu corazón para que te ayude a crecer en humildad, ¡al igual que Jesús!