En Sus Manos ProsperaráMuestra

Estemos Seguros

¿Has anhelado algo que te parece inalcanzable? Normalmente como hijos de Dios, conscientes de nuestra insuficiencia e incapacidad; convencidos especialmente de que nada podemos lograr en nuestra propia fuerza, nos encontramos con metas o proyectos que vemos inalcanzables, anhelos que sabemos solo podríamos ver cumplidos en nuestra vida por la intervención divina y poderosa de nuestro Padre; porque sabemos que no contamos con nada que pueda acercarnos a lograr eso que quisiéramos se hiciera realidad en nuestra vida.

Lo más extraordinario es que por fe, nos esperanzamos en recibir lo que sabemos en nuestra propia fuerza jamás podríamos lograr; sin importar lo que pueda suceder, podemos llenarnos de expectativa y proceder a hacer solo lo que nos corresponde y podemos hacer, dejando en manos de nuestro Padre los resultados; al final, si obtenemos o no lo que queremos, sabremos que algo bueno siempre saldrá en nuestro favor, pues tenemos la certeza de estar en Sus manos, sabiendo que Sus propósitos para nosotros van más allá de nuestros anhelos.

Lo mejor que podemos hacer cuando se enciende en nuestro corazón la chispa por alcanzar una meta, proyecto o lo que sea que queramos lograr; es entregarlo en manos de nuestro Padre; confiando plenamente que es Él quien se encargará de suplir todo cuanto podamos necesitar. Mientras que nosotros nos esforzamos en la medida de nuestra posibilidad; sin dar lugar a la ansiedad y el afán por alcanzar eso que queremos, sin entronarlo o hacer un dios de ello.

Lo mejor es descansar confiados en la voluntad y el obrar de nuestro Padre, creyendo que si Él nos está permitiendo tener ese anhelo, será para beneficio y prosperidad en Cristo Jesús; de lo contrario, ese anhelo se frustrará y al final dejará de ser en todo sentido.

Estemos seguros de que nuestro Padre nos dará las oportunidades y suplirá lo que necesitemos según Sus propósitos para nosotros; encarguémonos de hacer lo que debemos hacer según los recursos que Él nos ha entregado y lo que nos mande a hacer, dejando los resultados en Sus manos. Lo que suceda con certeza será para nuestro bien.

Ten presente que a nuestro Padre, nuestro Dios, nada le queda grande; para Él no hay nada imposible, Él puede darnos lo que nosotros jamás pudiéramos lograr en nuestra propia fuerza; sin embargo, el hecho de que pueda hacerlo no significa que lo quiera hacer o sea lo que necesitemos. Con seguridad lo que permitirá que recibamos o no, siempre será lo mejor para nosotros; no olvides que estamos en Su voluntad.