Reflexiones Sobre La JusticiaMuestra

Isaías 58 es un capítulo inquietante. Vemos un retrato de personas cegadas por su pecado, pero que creen una mentira que ha endurecido profundamente sus corazones. En el versículo 3, acusaron a Dios de insensibilidad ante sus sacrificios autoinfligidos. En respuesta, Dios sacó a la luz su hipocresía. ¡Cómo podía Dios aceptar su ofrenda cuando, al mismo tiempo, oprimían a su prójimo!

Incluso el sacrificio más duro y el servicio más noble nunca obtendrán la aprobación de Dios cuando se ofrecen para encubrir abusos y alimentar el orgullo y la arrogancia. La historia está repleta de ejemplos de profesos cristianos que defienden la esclavitud, abusan de los niños y de las personas vulnerables mientras proclaman el poder salvador de Cristo. ¡Qué contradictorio!

Los versículos seis y siete abarcan a los que están a nuestro alcance: los que trabajan para nosotros, nuestros parientes, los hambrientos, los sin hogar Dios desea fe en acción: aligerar la carga, quitar las cadenas, compartir tu comida, dar cobijo, no esconderse. Santiago 1:27 llama a esto religión “pura y sin mácula”. Este es el tipo de ayuno que Dios requiere.

Desafío: Identifica a algunas personas de tu comunidad que necesiten ayuda. Tal vez tengas ropa, un par de zapatos u otras cosas que puedas dar. Prepara una bolsa o caja de regalo para que tus artículos sean más presentables. Si tienes gente trabajando para ti, asegúrate de no sobrecargarlos, págales adecuadamente y a tiempo.

Oración: Padre Celestial, haz de mí un instrumento de justicia viviendo una vida de amor y servicio a los oprimidos y maltratados, a los hambrientos y a los sin techo. Que no haya incoherencia en mi trato con los demás, ni motivos impuros, ni sacrificios inútiles, sino todo por tu causa y gloria. Amén.