Reflexiones Sobre La JusticiaMuestra

Qué dichosos los padres que inculcan a sus hijos los valores del amor, la misericordia y la justicia. ¡Qué dichosos los niños que crecen viendo estos modelos en sus hogares!

Pero, sobre todo, ¡qué precioso es tener el extraordinario amor de Dios, que es tan ancho como el cielo, tan alto como la montaña y tan profundo como el océano! Dios quiere que nos convirtamos en defensores de la justicia y el amor en este mundo roto. Debemos compartir este amor con los demás.

Mercy Mathew nació en una rica familia cristiana de Kerala, en el suroeste de la India. A los 16 años, dejó a su familia en Kerala y recorrió más de 2.000 km para trasladarse a un convento en Bihar, al este de la India, con el propósito de servir a Dios. Pronto se dio cuenta de que la vida en el convento era totalmente distinta a las experiencias de los muchos pueblos tribales que la rodeaban, y se sintió conmovida por su sufrimiento. Así que decidió servir a Dios atendiendo a las comunidades tribales de la India central. Para trabajar con ellos, cambió su nombre por el de Daya Bai y vistió atuendos tribales. Poco a poco, a lo largo de muchos años, fue adaptándose a su cultura y estilo de vida, y las comunidades la acogieron con los brazos abiertos.

A sus ochenta años, Daya ha desempeñado un papel vital en la mejora del acceso de las comunidades tribales a la sanidad, la educación y la economía. Fue su lucha de amor de toda la vida contra la injusticia a la que se vieron sometidas las tribus durante muchas décadas. Que nuestras palabras y acciones de amor muestren un Dios único a la sociedad y aporten cambios positivos en la vida de la humanidad que sufre.

Desafío: En algunos estados de la India, así como en otras partes del mundo, las minorías cristianas sufren persecución a causa de la religión. Considera tu circunstancia y comprométete a unirte, orar, visitar o responder a su sufrimiento.

Oración: Señor, enciende el fuego de tu amor infinito en nuestros corazones. Ayúdanos a desarrollar nuestro amor para ver los dolores de nuestros hermanos y hermanas.