Corazón Íntegro Y Entero: Un Viaje De 5 Días Explorando El Centro Esencial De La MisiónMuestra
En medio del Sermón del Monte, Jesús conversa con sus discípulos sobre las tres prácticas centrales de la piedad judía—dar limosnas a los pobres, la oración y el ayuno (Mateo 6:1–18). Él asume que estas sean parte de la vida de sus seguidores también—pero con una precaución importante. Él les advierte: “No hagan estas cosas solo para que otros los vean” (vv. 1, 5, 16). Las práctica correctas pueden hacerse desde motivos equivocados—y obtener “me gusta” o “compartir” de los aficionados en las redes sociales o aplausos de los colegas y compañeros es un motivo equivocado para hacer estas cosas buenas. Jesús deja en claro que el galardón de tal religión ostentosa se recibirá exclusivamente en la aprobación de los aficionados y seguidores en el aquí y ahora. Ante los ojos de Dios, ¡no es nada impresionante!
Jesús llama este tipo de religión ostentosa “almacenar tesoros en la tierra”. Es una actividad verdaderamente necia, puesto que todos los “me gusta” y aplausos y titulares son tan frágiles como la tela podrida, tan inútiles como un automóvil oxidado y sin ruedas y tan vulnerables al robo como los tesoros que se dejan en un cuarto sin candado (v. 19). Lo opuesto a esta búsqueda necia y vana es “almacenar tesoros en el cielo” (v. 20), tesoros que no serán vulnerables antes la putrefacción, la oxidación o el robo. Jesús ya les ha dicho a los discípulos como es este tipo de tesoro en la práctica diaria: es ayudar a los pobres, orar y ayunar “en secreto”, sin preocupación por una audiencia humana. Significa que todo nuestro ir, hacer y ser es para una Audiencia singular: “vuestro Padre que ve en secreto” (vv. 4, 6, 18).
Entonces Jesús lo resume así: “Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (v. 21). El tesoro es lo que consideramos ser lo más valioso, lo que nos da seguridad, lo que deseamos—y nuestros corazones (decisiones, elecciones, prioridades) siguen nuestros deseos. Una parte de tener un corazón íntegro, de caminar delante del Señor en verdad y fidelidad, es tener nuestros deseos enfocados en Dios. Si nuestros deseos (tesoro) están en otro lugar o en otra persona, nuestro corazón también estará allí—y podríamos terminar como Salomón, quien completó su carrera de vida con una condición grave de corazón: “no tenía un corazón completo para con el Señor su Dios”. (Tal vez querrás volver a leer 1 Reyes 11:1–4, el texto de ayer.)
Vamos construyendo un retrato de la vida de corazón íntegro y entero, mientras perseguimos la meta de ser más y más como Jesús. La vida con corazón íntegro significa una lealtad no dividida para con Dios y sus propósitos. También significa alinear nuestros deseos y tesoros con las cosas que son importantes para Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
Estar en misión con Jesús puede involucrar muchas actividades diferentes (plantar iglesias, hacer discípulos, evangelizar, etc.) y puede ocurrir en diferentes tipos de lugares. Pero en medio de esta diversidad de tareas y lugares, existe un elemento esencial para cada seguidor misional de Jesús que está totalmente comprometido con él: la integridad del corazón. Más importante que el ir y el hacer es el ser—ser personas con corazones de integridad, con una lealtad singular, que han sido formados, reformados y transformados por el Espíritu Santo en su obra de hacernos más y más parecidos a Jesús.
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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://onemissionsociety.org/