Los Dones Del Cuerpo De CristoMuestra

Cristo se manifiesta a través del cuerpo

A través de la Iglesia, el cuerpo, el Señor Jesucristo manifiesta su propia persona, virtud y poder. Esto no sólo como individuos, sino también como cuerpo. Él quiere manifestar su persona a través de su cuerpo (la Iglesia). Por eso debemos ser individualmente como Cristo, y debemos funcionar en unidad como cuerpo.

Para hacer eso Dios diseñó a la Iglesia (no me refiero al templo) como un cuerpo. En este diseño cada miembro de su cuerpo, debe desempeñar una función, de acuerdo al don con que fue dotado. De eso depende la salud del cuerpo como un todo. Él diseñó el cuerpo como un cuerpo saludable y no enfermo. Pero eso requiere que el cuerpo crezca, madure y trabaje en interdependencia y complementariedad. De esta forma, todo miembro tiene un ministerio que contribuye a la salud del cuerpo como una totalidad. A semejanza del cuerpo humano, cada órgano debe estar funcionando en armonía con los otros órganos. Si sólo uno de sus órganos no funciona, entonces el cuerpo entero está enfermo.

Cada creyente, pues, tiene un ministerio vital como órgano vital en el cuerpo. Su servicio y su ministerio hacen que el cuerpo esté saludable porque lleva fortaleza y salud a las otras partes vitales del cuerpo. Esa es la estrategia de Dios: darle a todo miembro del cuerpo una función que ministra – sirve al resto del cuerpo, a través de ciertos dones espirituales otorgados por el Espíritu Santo para la edificación del cuerpo de Cristo.

Si Cristo ha de manifestar su propia virtud, cada miembro del cuerpo individualmente debe manifestar esa virtud, pero también como cuerpo. Debemos ser individualmente como Cristo. Debemos ser en unidad como Cristo.

Cada uno de los dones que tenemos está completo y perfecto en Cristo

El objetivo de los dones es que el cuerpo alcance su plenitud, al igual que cada miembro, que le se asigna como meta llegar a la estatura del varón perfecto (Jesucristo) (Efesios 4:13). Ahora, ya esa plenitud existe en Cristo (Colosenses 2:9).

Todo don que el Espíritu Santo dio a la Iglesia fue una característica de Jesucristo (tomado de la naturaleza de Cristo). Cristo es perfecto y completo. Y así es como Dios quiere que sea la iglesia: completa y perfecta, que alcance la plenitud de Cristo. “… la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (Efesios 1:23). Pero para eso se requiere que cada miembro ministre con sus dones a los otros miembros, para que cada miembro sea así edificado en todas las áreas en las que Cristo fue edificado y llegue a ser como Él.

Verdades centrales:

• Cristo opera en el mundo a través de su cuerpo (la Iglesia).
• La Iglesia representa la plenitud de Cristo.
• La Iglesia no es una institución, sino un cuerpo viviente.
• La salud del cuerpo sólo es posible cuando cada miembro cumple su función vital.