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Regocíjate- Celebrando El Tiempo De Adviento

DÍA 6 DE 20

El canto de Simeón

La Restauración

Leer: Lucas 2:25-32; Isaías 61:1-3; Salmos 147:1-3

EOAO: Salmos 147:3

“Él sana a los quebrantados de corazón
y venda sus heridas”.

En el Texto

Muchas personas en el Antiguo Testamento habían estado esperando al Salvador que Dios prometió que enviaría al mundo. Lo había anunciado por primera vez en Génesis 3:15 y muchas más veces a lo largo de los siguientes siglos. Cuando Eva tuvo su primer hijo, probablemente se preguntó si éste era el prometido, sin embargo, Caín se convirtió en el asesino de su hermano Abel.

Esta anticipación y espera continuaron a lo largo de la historia del pueblo de Dios. El patriarca Jacob anhelaba a este Salvador. Mientras agonizaba, clamó: “Espero tu liberación, oh Señor” (Génesis 49:18). Y el profeta Isaías oró con impaciencia: “Si tan solo rasgaras el cielo y descendieras” (Isaías 64:1). Muchos habían recibido la Palabra de Dios acerca de un libertador venidero y todos murieron mientras esperaban al prometido.

Todos menos uno: el viejo Simeón. Él también había esperado muchos años para que se cumpliera la promesa de Dios. Imagínate cómo eran sus interacciones con sus amigos: “Simeón, siempre parece que estás esperando algo. ¿Qué es?" “Oh, sí, estoy esperando. No por algo sino por alguien. Estoy esperando a aquel que traerá restauración y consuelo a nuestro pueblo”.

Simeón era un hombre que sabía que su pueblo necesitaba consuelo. Dios le mostró la condición del corazón humano, su profunda tristeza, culpa, envidia, orgullo, deseo de aprobación, miedo al fracaso y su necesidad de amor; en una palabra: su quebranto. Simeón sabía que el consuelo y el verdadero poder restaurador no se podían encontrar en ninguna persona de generaciones anteriores, ni en nadie que él hasta entonces hubiese conocido. Pero finalmente se le permitió ver a aquel de quien Dios le había hablado. Con profunda alegría, sostuvo en sus brazos al niño, el Hijo de Dios, y proclamó: “¡Mis ojos han visto tu salvación!”.

¿Y qué tal nosotras? No tenemos que esperar más. Jesús ha venido. Simplemente podemos abrir la puerta de nuestro corazón y dejar entrar a Jesús. Jesús, el Consolador, el que puede sanar nuestros corazones quebrantados, el enviado por Dios para traernos restauración está ahora con nosotros en nuestro dolor. Él nos ayuda día tras día hasta que un día lo veamos en el cielo donde no volveremos a experimentar ninguna tristeza.

Oración

Señor, ves mi corazón roto, ves mi tristeza, sabes cuánto necesito tu consuelo. Por favor, devuélveme el gozo de tu salvación. Amén.

Día 5Día 7

Acerca de este Plan

Regocíjate- Celebrando El Tiempo De Adviento

¿Te has preguntado alguna vez por qué nos alegramos y entonamos tantos cánticos durante el Adviento? Todos sabemos por qué cantamos en Navidad. ¡Dios mismo se nos ha acercado! Dejando el cielo, vino a nuestro mundo perdido por amor a nosotros. Los primeros cantos sobre el nacimiento de nuestro Salvador se recogen en el Evangelio de Lucas y fueron entonados por judíos del siglo I: María, Zacarías, Simeón; así como un impresionante coro angélico, cuyo sonido debió de ser de otro mundo.

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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://spanish.lovegodgreatly.com