La Promesa del CieloMuestra

La promesa

Hace muchos años, un antiguo Rey escribió lo siguiente: "Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos..." (Eclesiastés 3:11, NVI; énfasis añadido). Por lo tanto, la pregunta de qué sucederá al final de esta vida es algo que tú y yo fuimos creados para reflexionar. Algo que yo contemplé desde temprana edad.

Aunque no recuerdo mi edad exacta, recuerdo estar en la cocina de mi abuela materna y pensar en un pasaje de la Biblia referido como "el ladrón en la cruz." Es el relato de la crucifixión de Jesús de Nazaret, quien fue ejecutado junto a dos criminales. Un médico llamado Lucas registró el episodio, que incluyó una promesa muy especial. Él escribió: "Y dijo a Jesús: ‘Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.’ Entonces Jesús le dijo: ‘De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso’" (Lucas 23:42-43, NVI; énfasis añadido).

Ese día en la cocina de mi abuela, recuerdo haber pensado en la promesa que Jesús le hizo a uno de los criminales: "hoy estarás conmigo en el paraíso". Recuerdo cómo esas palabras me hicieron sentir envidia de ese hombre. Quizás suene extraño sentir envidia hacia alguien que experimentó una ejecución violenta. Es comprensible. Pero en lugar de enfocarme en el dolor que ese hombre soportó, quedé cautivado por la promesa de Jesús. Sus palabras le dieron a este hombre la garantía de que, tras su muerte, estaría con Jesús en el cielo para siempre.

En ese momento, no sabía que podías estar seguro de tu destino eterno. Acaso eso no se basaba en una revisión de tu vida por parte de Dios después de la muerte? Por lo tanto, el aprender que alguien podía tener la promesa de ir al cielo despertó mi interés. Afortunadamente, más tarde en la vida, me di cuenta de que Jesús me estaba ofreciendo la misma promesa. Y te la está ofreciendo a ti también.

En los próximos días desglosaremos este relato registrado por Lucas. Un evento donde uno de los hombres que moría junto a Jesús recibió "la promesa del cielo." Antes de hacerlo, es importante explorar la respuesta del otro hombre que estaba siendo crucificado. Lamentablemente, sus palabras indican que no comprendió quién era Jesús y la promesa que ofrece. Así, renunció a lo que Jesús también le hubiera dado con gusto.