Un líder que comprendió su propósito (Juan 1:23)

Juan el Bautista se identificó a sí mismo como "la voz que clama en el desierto" (Juan 1:23). Está claro que Juan no tenía dudas acerca de su llamado: preparar a las personas para la llegada del Mesías. Esta misma certeza de propósito es esencial todos nosotros. Juan entendía que su ministerio no se trataba de él mismo, sino de cumplir fielmente la misión que Dios le había encomendado.

Lo más impresionante es que, a pesar de la importancia de su rol, Juan no buscó protagonismo ni dedicó su tiempo a otras tareas, por más buenas y necesarias que pudieran parecer. Su enfoque estaba completamente en aquello para lo cual fue llamado. Esta devoción al llamado de Dios nos inspira y nos reta en nuestro servicio cristiano: ¿Estamos concentrados en la misión que Dios nos ha asignado, o nos dejamos distraer por otras ocupaciones que, aunque valiosas, no forman parte de nuestro llamado principal?

Al igual que Juan, debemos buscar constantemente esa claridad de propósito, preguntándonos: “¿Cuál es mi lugar en el reino de Dios?”, “¿Me estoy enfocando en mi misión, o me disperso en actividades que, aunque valiosas, me desvían del plan de Dios para mi?”.

Juan el Bautista entendió que la fuerza de su impacto no provenía de su propio esfuerzo, sino de su obediencia a la misión divina. Del mismo modo, nosotros debemos permanecer en Cristo para cumplir nuestro propósito, evitando la tentación de actuar por nuestra cuenta o en nuestras fuerzas (Juan 15:5: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”). Solo al estar conectados a Jesús, como los pámpanos a la vid, podremos llevar verdadero fruto en el reino de Dios.

Preguntas de reflexión

• ¿Qué tan clara es tu comprensión del propósito que Dios te ha dado?
• ¿De qué manera estás alineando tus acciones diarias con ese propósito?
• ¿En cuáles áreas de tu servicio o liderazgo podrías estar desviándote de la misión principal que Dios te ha encomendado?
• ¿Cuáles cambios necesitas hacer para volver a enfocarte en lo esencial?

Oración

Señor, gracias por llamarme a tu reino y por darme un propósito en él. Ayúdame a entender con claridad cuál es la misión que me has encomendado, y a mantener mi enfoque sin distraerme con lo que no me has llamado a hacer. Dame claridad y fortaleza para alinear mis pasos contigo, y que mi vida refleje obediencia y dependencia de ti. Amén.