Cuando Todo Parece PerdidoMuestra
Ahora hacia arriba
Quiero contarte que, una vez que la raíz es lo suficientemente fuerte, lo siguiente que crece son el tallo y las hojas de la planta. Es en este momento, cuando la semilla se transforma en una planta que reverdece, el crecimiento se hace visible.
Piensa en una planta grande en una maceta pequeña. Esa planta puede estar sana, pero no va a crecer como debería porque no tiene espacio. Es como si estuviera atrapada y no puede dar frutos. Ahora, aplica eso a nuestra fe. Si solo vivimos nuestra fe de manera limitada, como ir a la iglesia solo los domingos y no hacer nada más, nuestra fe se queda estancada. Se vuelve algo superficial, como un adorno al que solo le echamos agua de vez en cuando.
Para que nuestra fe realmente crezca y brille, necesitamos darle más espacio. Eso significa buscar nuevas experiencias, aprender más, conectar con otras personas y profundizar nuestra relación con Dios. Si no lo hacemos, nuestra fe puede acabar siendo solo un accesorio en nuestras vidas, en vez de algo que nos llene y nos motive.
Así que, al igual que una planta necesita espacio para florecer, nosotros también necesitamos abrirnos a nuevas oportunidades para que nuestra fe pueda crecer y tener un impacto real en nuestras vidas.
Al llegar a este punto en el proceso, es cuando las personas comienzan a ver el cambio en nuestras vidas, ven el gozo que el Señor nos ha dado en medio de la tormenta, pero no debemos olvidar que entre más grande es la planta, más grandes y fuertes deben ser sus raíces. Esto nos llama a salir de la zona de confort, a cambiar el estanque. Quiero invitarte a pensar en esos lugares donde te sientes cómodo y cuando ya los tengas en mente, pregúntate “¿Estoy creciendo aquí o estoy estancado?”.
Un gran ejemplo de esto es la vida de José.
Cuando fue vendido como esclavo y llevado a Egipto, salió de su zona de confort y, a pesar de las adversidades, se destacó en su nuevo entorno. En Génesis 39:3 dice: “…Potifar lo notó y se dio cuenta de que el Señor estaba con José, y le daba éxito en todo lo que hacía". José aprovechó cada situación para desarrollar sus dones y talentos, mostrando que salir de la zona de confort puede llevar a un crecimiento significativo.
El Señor busca que nuestra fe crezca, que esa semilla que Él sembró en nuestros corazones sea como un roble fuerte que da fruto a otros.
Hoy te invito a que te muevas del estanque, de ese lugar que no te permite crecer, que expandas tus raíces y seas ese árbol lleno de fruto que el Señor ha destinado que seas. ¿En dónde estás estancado? ¿Te sientes cómodo en algún lugar y Dios ya te ha dicho que te muevas? ¿De verdad estás creciendo o solo estás en medio del comfort? Recuerda que las pruebas nos dan confianza, eso significa que este momento difícil que estás atravesando tiene el propósito de hacerte crecer.
Oremos Juntos:
“Jesús, hoy te pido que me ayudes a ver esos lugares en los que me siento cómodo, donde estoy tranquilo en una maceta pequeña, cuando Tú me has llamado a cosas grandes. Perdóname por no ver el estancamiento como una limitación de mi fe. Hoy corro a Ti, a Tu Santo Espíritu, y te pido que me ayudes a dirigirme a lugares donde Tú has destinado que yo crezca. Me dispongo y dispongo mi corazón a escucharte. En el nombre de Jesús, amén".
Acerca de este Plan
Un devocional que te ayuda a ver las dificultades como algo que puede hacerte más fuerte en tu fe, así como una semilla que tiene que "morir" para poder crecer y dar frutos, aprenderemos cómo los momentos difíciles no son el final, sino el comienzo de algo nuevo a través de historias de personas como Job y José, entendiendo que la fe es clave cuando todo parece ir mal.
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Nos gustaría agradecer a Day Amaya por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/dayanaamayao/