Construyendo Proyectos Con DiosMuestra
Comenzar cada proyecto con Dios, implica poner a Dios en el primer lugar, en términos prácticos y espirituales. El fundamento de todo proyecto es la dependencia en Dios, pero ¿cómo se hace esto en la práctica?
El primer paso para comenzar cualquier proyecto con Dios es reconocer que necesitamos depender completamente de Él. Me refiero a una dependencia absoluta, donde dejamos de confiar únicamente en nuestras habilidades, conocimientos o recursos y comenzamos a confiar en que Dios es quien guía y provee en cada paso del camino. Esto supone superar el mayor obstáculo que enfrentamos, nuestro propio orgullo, ese deseo de demostrar que podemos hacer las cosas por nosotros mismos, que somos autosuficientes, pero aquí está la verdad. Si realmente queremos que nuestros proyectos sean duraderos y produzcan fruto y fruto en abundancia, necesitamos dejar ese orgullo a un lado y reconocer nuestra necesidad y dependencia de Dios. Proverbios 3:5-6 nos recuerda: “confía en el señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia, reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas“.
Confiar en Dios no significa que no hagas tu trabajo, te esfuerces y seas valiente. Claro que es necesario que trabajes, planifiques, te esfuerces y seas constante, pero lo haces con una actitud diferente. Lo haces sabiendo que al final del día es Dios quien abre las puertas, quien concede el crecimiento y quien bendice los esfuerzos que has de realizar. Piensa por un momento en Nehemías, ejemplo de hombre que tuvo la misión de reconstruir los muros de Jerusalén. Él no solo planeó y trabajó diligentemente, sino que oraba constantemente buscando la dirección de Dios. Nehemías entendió que el éxito de su proyecto no dependía únicamente de su esfuerzo, sino de la mano de Dios guiándolo.
Cuando iniciamos un proyecto con Dios, nos estamos alineando con su voluntad. Esto significa que nuestros planes pueden cambiar porque lo que pensábamos que era lo mejor no se alinea con lo que Dios sabe que es mejor, y aquí es donde la dependencia se vuelve crucial.
Confiar en Dios significa estar dispuesto a ajustar nuestros planes a su voluntad, incluso cuando no entendemos el porqué.
La dependencia en Dios, también nos libera del miedo al fracaso. Cuando sabemos que Dios está en control podemos avanzar con confianza, incluso en medio de la incertidumbre. Porque si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? Esto nos da seguridad interna, paz que trasciende a las circunstancias y nos permite caminar con fe, sabiendo que si hemos puesto a Dios en primer lugar, todo lo demás encajará en su sitio y en su momento.
Con esto, deseo trasladarte la importancia de que antes de lanzarte a tu próximo proyecto, hagas un acto de meditación y reflexión. Pregúntate: ¿estoy realmente dependiendo de Dios o estoy confiando más en mis propias fuerzas? Si la respuesta es lo segundo, este es el momento perfecto para ajustar tu enfoque y poner todo en manos de Dios.
Acerca de este Plan
Poner a Dios primero, en nuestros proyectos, no significa hacer un ritual religioso, ni convertirlo a Él en una fórmula mágica. Me refiero a tener una relación profunda, una alianza con El Creador del universo, donde le das a Dios el lugar de honor y autoridad sobre todo lo que vas a emprender. En este punto, considero que muchos fallamos, iniciamos proyectos en nuestras fuerzas, con nuestras ideas, y cuando las cosas no salen bien, es cuando buscamos a Dios.
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Nos gustaría agradecer a TopCristianos por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://topcristianos.com/