Construyendo Proyectos Con DiosEjemplo

Llegado este momento, quisiera agradecerte que me hayas acompañado en estos últimos días. Mi intención ha sido la de mostrarte como construir una base sólida y resistente que sea capaz de sostener el proyecto que deseas elaborar, sea empresarial, ministerial, trabajo, estudios, familia, noviazgo, matrimonio o cualquier otro.

Yo no te puedo garantizar el éxito. Creo que nadie puede garantizar el éxito de otra persona, porque el éxito solamente depende de Dios y de ti. Dependerá de tu constancia, de tu esfuerzo, de tu resiliencia, de tu capacidad para afrontar los problemas que te vendrán en el camino. Pero si te puedo dar una garantía, la garantía de que, con estos cimientos sólidos, los problemas y dificultades que se presentarán serán mucho más fácil sobrellevarlos y superarlos.

Quiero recordarte que no es necesario que camines solo. Te he mostrado aspectos cruciales como la dependencia en Dios, la fe, la obediencia, la perseverancia, la paciencia, la gratitud y la alabanza. Todos estos son fundamentales, pero hay algo más y que a veces subestimamos, la comunidad. A menudo pensamos que nuestros proyectos son solo asunto entre Dios y nosotros, pero la realidad es que Dios nunca nos diseñó para caminar solos. Nos creó para ser parte de una comunidad, para apoyarnos unos a otros, para animarnos y en muchas ocasiones para ayudarnos a llevar a cabo esos proyectos que Él ha puesto en nuestro corazón.

Cuando comienzas un proyecto con Dios, una de las cosas más importantes que puedes hacer es rodearte de personas que comparten tu fe, que entienden tu visión y que estén dispuestas a caminar contigo en el proceso. Buscar apoyo no es un signo de debilidad, pedir ayuda es un signo de sabiduría. Dios nos llamó a ser parte de un cuerpo y cada miembro de ese cuerpo tiene un papel que desempeñar. Cuando invitas a otros a ser parte de lo que estás haciendo, no solo recibes ayuda práctica, sino que también abres la puerta a nuevas perspectivas, ideas y bendiciones que tal vez no habrías considerado. Otra cosa maravillosa de la comunidad es que te permite ser una bendición para otros. No se trata solo de recibir sino también de dar. Cuando compartes tu visión con otros, les das la oportunidad de ser parte de algo más grande, de contribuir con sus dones y talentos y de ver cómo Dios obra a través de ellos.

Por último, quisiera animarte a emprender, a iniciar proyectos, sean de la condición que sean. Nunca desfallezcas, ni te desanimes, ten la certeza de que cuando te mueves, emprendes y realizas proyectos con las bases que te he mostrado, estás bendiciendo a muchas personas, además de glorificar el nombre de Dios y Jesucristo. Él nos mostró el Camino, La Verdad y La Vida. En este momento oro para que en El Nombre de Jesús, estas palabras recogidas aquí, arraiguen en tu corazón, para que realices muchos proyectos que puedan llevar bendiciones a multitud de personas y que todas ellas vean en ellos la Gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

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