El Dios Que Nos SalvaMuestra

Totalmente Dios, totalmente humano

La maravillosa profecía del nacimiento del Mesías nos recuerda que el Salvador llegará al mundo como un niño. De todas las formas posibles en las cuales Dios podría revelarse y acercarse a la humanidad, opta por hacerlo como un frágil, pequeño y dependiente niño. Jesús, el Mesías, es completamente Dios y completamente hombre.

David Guzik escribe en su comentario bíblico: “Si Jesús no fuera completamente humano, Él no podría ponerse en el lugar del hombre pecaminoso y ser un sustituto para el castigo que el hombre merece. Si Él no fuera completamente Dios, su sacrificio sería insuficiente. Si Jesús no es completamente Dios y completamente hombre, estamos perdidos en el pecado”. Jesús nacerá como un niño, sus primeros llantos serán en un humilde pesebre, sus padres son dos inexperimentados que se escaparon del peligro, pero aun así el Mesías será nuestro Consejero Maravilloso. Sus palabras son precisas y pertinentes con nuestra realidad todos los días de nuestras vidas.

Jesús es Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. ¿Pero acaso no nacerá en un humilde y recóndito establo? ¿Acaso no será un niño pequeño, balbuceante y totalmente dependiente del cuidado de sus padres? ¿Acaso Jesús no sentirá hambre, sed, cansancio como cualquier otro ser humano? ¡Sí! Porque solamente un Dios tan cercano a nosotros, podría amarnos tanto para brindarnos su salvación.