El Dios Que Nos SalvaMuestra

Rey de reyes

El término “Soberano” es una expresión que denota autoridad y poder. Bien les corresponde esta definición a los reyes, quienes desempeñan en su función la máxima autoridad de un Estado. Israel tuvo un rey como Saúl, quien aunque firme en sus comienzos, su reinado fue en declive a raíz de su desobediencia y orgullo.

Lo sucedió en el cargo el gran David. Rey poderoso y conforme al corazón de Dios. Luego de David, el reinado quedó en manos de Salomón, su hijo, quien se destacó no solo por sus riquezas, sino primordialmente por su gran sabiduría. La Biblia en 1 Reyes 3:3 nos dice revela que: “Salomón amaba al Señor y seguía todos los decretos de su padre David”. Cuando Dios se le presentó y le ofreció la posibilidad de pedirle aquello que quisiera Salomón, con gran humildad, pidió sabiduría.

Ninguno de estos reyes puede compararse con Jesús. Sólo Él merece el reconocimiento de los reyes cercanos y lejanos, de los jóvenes y de los ancianos. “Sólo Jesús tiene un nombre que es sobre todo nombre, para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).