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Naturaleza de Dios: La santidad de Dios

Leer: Isaías 6:1-5; 1 Pedro 1:13-16

EOAO: Isaías 6:3; 1 Pedro 1:16

Se gritaban entre sí, diciendo: «¡Santo, santo, santo, Señor de los ejércitos!
¡Toda la tierra está llena de su gloria!» (Isaías 6:3).

“porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo"" (1 Pedro 1:16).

En el texto

Intentar comprender la plenitud de la santidad de Dios puede parecer abrumador. En Isaías 6:3, vemos la visión de la sala del trono de Dios. La proclamación “santo” repetida tres veces subraya la completitud y supremacía de Su santidad. No hay nada ni nadie que siquiera se acerque a la santidad de Dios.

Comprender la santidad de Dios nos ayuda a responder con reverencia y adoración. Su santidad significa que Él está completamente separado del pecado y es perfectamente justo en todo lo que hace. Y todo lo que hace proviene de su carácter santo. Dios nos revela su santidad no para alejarnos, sino para acercarnos a Él.

Pero, ¿cómo debería impactarnos esta verdad? En 1 Pedro 1:16, se nos recuerda el llamado de Dios a reflejar la santidad de Dios en nuestras vidas. Esto significa que debemos esforzarnos, con la ayuda del Espíritu Santo, por vivir vidas puras y justas, separándonos del pecado y dedicando nuestras vidas a Dios.

Sabemos que Jesús vino para perdonarnos nuestros pecados y hacernos nuevas criaturas. Sin embargo, incluso como cristianos, aún no somos perfectos, por lo que el Espíritu Santo nos purifica a medida que continúa trabajando en nosotros. El Espíritu Santo usa las dificultades, las penurias y la corrección dolorosa para refinar nuestro carácter, eliminar el pecado y hacernos más como Jesucristo. Este proceso, conocido como santificación, es esencial para nuestro crecimiento espiritual y para profundizar nuestra relación con Dios.

La santidad de Dios es importante porque define quién es Él y establece el estándar de cómo deben vivir los cristianos. Además, la santidad de Dios es nuestro consuelo frente a este mundo caído. Al comprender y aceptar la santidad de Dios, podemos crecer en nuestra fe y llegar a ser más como Cristo, viviendo vidas que lo glorifiquen y honren.

Oración

Querido Jesús, gracias por tu perfecta santidad. Ayúdame a comprender y aceptar esta verdad. Guíame para vivir una vida que refleje tu pureza y tu rectitud. Purifica mi corazón y acércame más a ti. Permite que mi vida te glorifique y te honre en todo lo que haga. En tu nombre, amén.