Audaz, un Viaje de Obediencia y Valor hacia el Propósito de DiosMuestra
Jesús redime mi tierra
El capítulo 3 del libro de Rut comienza con la sugerencia de Noemí en que su nuera buscara seguridad, un esposo y la oportunidad de tener su propia familia. Era un momento decisivo y Rut decidió seguir el consejo de su suegra. Rut le solicita a Booz que extienda su manto sobre ella; en otras palabras, le estaba pidiendo que se casara con ella, que redimiera la heredad de Elimelec (Rut 3:9). Booz, entre el asombro y la alegría, accede redimir a Rut, pero había un pariente aún más cercano. Por ley, le correspondía primero a ese pariente, y si éste no aceptaba, Booz estaba en la posición de casarse con Rut y de esta unión perpetuar la descendencia de Elimelec.
Al siguiente día Booz llamó a diez hombres importantes de Belén y habló con ese pariente, el cual le expresa su interés en adquirir el terreno de Elimelec, pero no estaba dispuesto a casarse con Rut. Booz expresa su deseo en comprar todo lo que le perteneció a Elimelec, pero también casarse con Rut. Al poco tiempo, Rut y Booz se casan, y de esta unión nace Obed. Es maravilloso ver cómo Noemí salió de Moab y llegó a su tierra llena de amargura por el dolor que vivió, pero llegó el día donde la gracia se manifestó a su vida a través de la redención de la heredad de Elimelec.
Jesús está interesado en redimir tu tierra.
La obra de Cristo no sólo involucra tu salvación; involucra tu sanidad y una vida plenamente libre. Vemos cómo Booz simbólicamente es la figura de Cristo.
Cristo pagó a precio de sangre nuestra redención y de esta unión con Él tenemos la oportunidad de escribir una nueva historia que puede cambiar el rumbo de nuestras siguientes generaciones.
Claramente lo vemos en la vida de Rut; su redención no sólo cambió su vida y la vida de Noemí, sino que marcó sus generaciones. Su hijo fue el abuelo del rey David. Al ver la genealogía de Jesucristo encontramos el nombre de Rut.
“Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí; 6 Isaí engendró al rey David" (Mateo 1:5-6).
Las decisiones que tú tomas a diario tienen un impacto directo en tu vida y en tu siguiente generación. Es un error pensar que nadie debe intervenir en tu vida, pero tu vida está interviniendo en la vida de tus hijos, de tus nietos; es parte de tu legado. A la luz de la Palabra de Dios, tenemos la autoridad para rechazar aquello que no es parte de nuestra herencia, establecer nuestra herencia en Cristo y levantar un nuevo legado para la próxima generación. Para eso es necesario permitirle al Espíritu Santo limpiar el terreno de nuestro corazón y de esta forma establecer nuestra herencia en Cristo.
La realidad es que Dios está interesado en que el dolor de tu pasado no limite tu presente y tu futuro.
El proceso de sanidad en mi vida ha tomado años. Al día de hoy sigo viendo la obra de sanidad del Espíritu Santo en mi vida. Dios desea sanarte del dolor del pasado. Que no vuelvas a recordar el dolor del ayer y que le permitas a Él abrir tus ojos para que puedas ver lo nuevo que va a hacer en medio de ti.
Dios desea que tú te coloques en el lugar correcto para Él cantar Su canción de libertad. Una canción que tiene la autoridad de hacer todo nuevo en tu vida. La invitación de Dios es a que seas audaz en tomar la decisión de confesar, perdonar y extenderte hacia delante. Que seas audaz y uses la llave que Él ha puesto en tus manos, para marcar tu vida y tus generaciones.
Acerca de este Plan
Cada proceso en nuestras vidas nos coloca en la posición de tomar decisiones. Nos quedamos inmóviles o somos audaces en avanzar en medio de los procesos de la vida. En mi libro titulado “Audaz” comparto el trato de Dios con mi vida, el cual lo comparo con la historia de Noemí saliendo de la tierra de Moab. Es mi oración que mi travesía te fortalezca y te dé el valor para entrar a los retos de una nueva vida.
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Nos gustaría agradecer a Janet Patricia por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://a.co/d/4EK0Liv