Sé Libre De La IraMuestra
La ira revela más de nuestro corazón que la justicia que deseamos.
Seamos honestas: todas luchamos con el enojo, aunque en algunas personas es más visible que en otras. Quizá no es tu mayor lucha, pero nadie puede decir que jamás se ha enojado pecaminosamente. Ahora bien, no te estoy juzgando, de hecho, Dios lo sabe, por eso nos dejó el famoso versículo que dice: «Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo, ni den oportunidad al diablo» (Ef 4:26-27).
En cuanto a enojarse sin pecar, ¿es esto posible? Sí, pero la pregunta correcta es: ¿Cuántas veces me he enojado sin pecar y sin que el sol se ponga sobre mi enojo? Seguramente muy pocas porque nuestro enojo proviene de una necesidad de justicia, la cual está nublada por nuestro pecado: la centralidad en nosotras mismas; por tanto, el enojo está diciendo: no me gusta lo que hiciste; por qué no actúas como yo quiero; por qué no me diste lo que yo deseaba; por qué no puedes hacer lo que es correcto; por qué no me das la felicidad, la comodidad y la paz que deseo; ¡por qué me quitas mi paz!
Piensa por un momento: ¿Qué buscas cuando te has enojado? El autor Robert Jones, en su libro Desarraigando la ira, dice: «El enojo o la ira es el juicio moral negativo con el que respondemos de forma activa y con todo nuestro ser a algo que nos parece mal». Nota lo que dice: «en algo que me parece mal», lo que quiere decir que puede ser que sí, pero también puede ser que no.
La ira revela más de nuestro corazón que la justicia que deseamos; la ira es algo más profundo que una mera reacción química; la ira involucra motivos, creencias, percepciones y deseos, además, es destructiva. Aunque no siempre se manifiesta con gritos, golpes, palabras ofensivas, también se manifiesta con gestos de desaprobación y de descontento, así como con respiraciones profundas en las que bufamos como un toro. La ira pecaminosa se enfoca en mí y no busca la justicia de Dios, medita: ¿qué buscas cuando estás enojada?
- Aprende: ¿Cómo se ve en tu vida el enojo?
- Vive: Lee Proverbios 12:18, ¿qué dice de la lengua? ¿Qué sale de tus labios cuando estás enojada o de tu rostro? Ora al Señor que use este devocional para menguar el enojo de tu corazón.
- Lidera: Escribe un resumen de lo que vas aprendiendo para compartirlo con tu amiga que sufre por el enojo.
Oración
Amado Padre, tú conoces nuestro corazón y nuestra historia y aun así nos salvaste. Tu gracia nos sostenga cada día para soltar el enojo y vivir para tu justicia primeramente en nuestro corazón antes de exigir a otros. No podemos justificarnos en nuestro pasado porque Tú ya nos has limpiado y al abrir tu Palabra nos encontramos con el espejo en el que debemos reflejarnos para tu gloria. Ayúdanos, Señor, a que no brote el enojo en nuestro corazón cada día. En Cristo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
La ira no obra a la justicia de Dios, pero la justicia de Cristo obra para que dejes el enojo.
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: reformadas.com