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Sé Libre De La IraMuestra

Sé Libre De La Ira

DÍA 4 DE 5

La ira no obra la justicia de Dios, solo en Cristo recibes justicia para perdonar a otros.

El pasaje de Santiago 1:19-20 es uno de mis favoritos para explicar la ira: nuestro enojo no obra la justicia de Dios, esto significa que lo que deseamos conseguir con el enojo, aun cuando tengamos razón o sea por una buena causa, no llega al estándar de la justicia de Dios. Jesús les dijo a los discípulos: «Porque les digo a ustedes que si su justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos.» (Mt 5:20).

Jesús se refería a que sus buenas obras o sus buenas acciones no llegan al estándar de justo porque no es por obras que se recibe la salvación ni la validación, sino por creer en Jesús, ¡lo cual sí es justo! ¿Quién es el que justifica? ¡Cristo! Por tanto, nuestro enojo no obra para bien. Sin embargo, cuando recibimos la justicia de Cristo, somos llamadas a vestirnos de ella para imitar el carácter de Cristo. Pedro dice de Cristo lo siguiente: «el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca; y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia.» (1 P 2:22-23).

Un momento, ¿me estás diciendo que debo «dejarme»? Por supuesto que no, lo que estoy tratando de decirte es que imites a Cristo (eso es tomar cartas en el asunto y accionar) al dejar el asunto en manos de Dios, que es el que juzga con justicia: «Mía es la venganza, dice el Señor» (Ro 12:19). Si tu enojo es porque algo no te parece justo, detente a pensar si tu causa es válida o está motivada por el control o tu deseo de que las cosas sean como tú quieres. Ahora bien, si despidieron a tu amiga injustamente, responder con venganza, murmuración y enojo no obrará la justicia de Dios que puede y quiere hacer para mostrar a otros que Él es quien gobierna sobre todo.

Piensa en estos versículos, lee los anteriores y verás que el llamado de Dios es: sé hacedora de mi Palabra. El enojo destruye y lastima; seguramente, alguien te ha lastimado a ti también. La Biblia nos llama a vivir por fe haciendo bien a otros, en especial a los de la familia de la fe, y no devolver mal con mal, sino que debemos combatir el mal con el bien. Eso hizo Cristo por ti en la cruz, aun cuando eras su enemiga (Ro 5:8); si no puedes sola, busca ayuda en tu iglesia local. Recuerda: Dios sí es justo.

  • Aprende: Lee Romanos 3:10-31, ¿qué relación tiene la justicia de Dios con tu salvación?
  • Lee nuevamente Santiago 1:19-20 y medita en lo siguiente: ¿Comprendes por qué solo Jesús es justo y, por tanto, tu enojo no es justificado?
  • Vive: Lee Mateo 7:3-5. Cuando te enojas solo ves la paja de otros, pero ignoras tus vigas. ¿Cómo se ve eso en tu vida? ¿Te estás colocando como juez? ¿Cuántas veces Dios te ha perdonado? ¿Cuántas veces estás llamada a perdonar y pedir perdón? Ora al Señor que te guíe en todo.
  • Lidera: Busca los versículos acerca de los atributos de Dios, enlístalos para que junto con tus amigas conozcan más de Dios.

Oración

Bendito eres Dios, porque tu justicia es perfecta. Ayúdanos a confiar en que Tú lo ves todo y lo conoces todo; por lo tanto, obrarás en nosotras según tu justicia. Guárdanos de creernos más justas que tú para justificar nuestro enojo. Ayúdanos a confiar en ti y amar a otros al perdonarlos como Tú nos perdonas. En Cristo. Amén.

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