Corazón de NiñoMuestra

Prólogo

Desde que estaba joven había escuchado el texto que dice: “Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos". Este para mí era un texto en el cual pensaba que debemos literalmente tener la mentalidad inocente de un niño, pero descubrí con el tiempo que el Señor quiso enseñarnos algo más profundo, y desde mi humilde perspectiva quisiera compartirlo con ustedes.

He estado meditando mucho acerca del corazón de las personas que me rodean actualmente y también en mi propio corazón. He visto mucha frialdad hoy en día, he visto como personas sólo "UTILIZAN" a otras para su propio beneficio y luego las desechan. Se está cumpliendo lo que quedo registrado en el libro de mateo “en los postreros días el amor de muchos se enfriará”, y esto sucede actualmente delante de nuestros ojos; no importa lo bueno que hayas hecho por alguien, no importa el esfuerzo, no importa el sacrificio, ni tampoco el cariño que hayas dado, la gratitud y el amor que piensas que recibirás, probablemente no te lo darán, sino al contrario, cuando aquellas personas obtengan lo que necesitaban de ti, simplemente se irán, como diría aquel cantante famoso, “entonces darán la media vuelta y se irán con el sol, cuando muera la tarde”, sin una carta de despedida o de agradecimiento, y tampoco les va a costar seguir como si nada hubieras hecho por ellos. Se ve a diario cómo escasean los hijos amantes de sus padres o familiares; no hay honra, los amigos leales y verdaderos son difíciles de conseguir, hay pocas ovejas obedientes a sus pastores y a sus líderes, escasean los adoradores, por lo cual se ha transformado en forma decadente y superficial la verdadera adoración a Dios, y este mundo se está tornando cada vez más sin amor, sin respeto y sin valores.

Todo esto ha venido decayendo con el pasar del tiempo; un año más que pasa es un año menos para la venida del Señor. Ya no somos niños, y no hablo solamente de la edad, sino del corazón.

Muchas veces he tenido que revisar mi corazón (y aún lo sigo haciendo), para forzarlo a ir por el camino que Dios quiere para mí, ser como un niño, me ha tocado pedir perdón y perdonar, quitar la soberbia, quitar el orgullo, trabajar duro para no mentir, cumplir los compromisos y lo más difícil, amar a quien me hace o me hizo daño. Confesar estas luchas es de valientes, pero no es fácil.

La intención de este plan es lograr que nos analicemos como valientes y poder entender lo que Dios quiere decirnos en este hermoso texto, donde nos llama a ser como niños.