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Corazón de Niño

DÍA 4 DE 4

Corazón de niño

En el año 2010 se difundió una exitosa película llamada “SON COMO NIÑOS”, una comedia cuya sinopsis resume la vida de 5 amigos que, siendo niños, eran felices, y cuando crecieron, cada uno asume las responsabilidades que un adulto tiene. Al pasar 30 años, estos personajes se reúnen y rompen sus esquemas mentales de adultos para revivir en cierta manera su niñez, enseñando como mensaje que aun cuando seamos adultos debemos seguir siendo niños, y aunque el enfoque de esta película tiene como fin enseñarnos que debemos dejar una vida rígida de adultos y volver a regresar a la etapa de niños en cuanto a la diversión e inmadurez, Dios, por otro lado, también nos pide que seamos como niños, pero no en el enfoque de esta película, sino en el enfoque de la mente, alma y espíritu de un niño.

Jesús vino a esta tierra siendo un niño. A esa corta edad, sabios, pastores y los ángeles le adoraron, pero nuestro Señor no creció con ínfulas de ser un emperador pidiendo adoración en todo momento, Nuestro Salvador pasó la etapa de la niñez, y aun cuando no se registra en la palabra, nuestro Señor pasó por la etapa de niñez. Es difícil asumir cómo era su personalidad, si fue curioso, travieso, si fue tremendo, inventor, si era inteligente, social o retraído. Lo cierto es que Jesús conoce, siendo Dios, como es vivir en la etapa de la niñez.

En una oportunidad, siendo niño, el Señor Jesús se les escapó a sus padres durante 3 días, eso podemos leerlo en Juan 2:45-51. Imaginemos por un momento que Ud. se encuentra con sus hijos de paseo en un mall y de repente, en un descuido, se le pierda uno de ellos. Ud. entraría en desespero, gritaría, buscaría por todos lados, pediría ayuda; ahora imaginemos a María diciendo: ¡Qué haré! Se me perdió el Salvador del mundo! Imagínenla junto a José en tal desespero; por 3 días, el cual debió ser angustiante, pero más adelante vemos cómo Jesús, aun en su etapa de niñez, se sujetaba a sus padres.

¿Cómo es el corazón de un niño? Les compartiré lo que he visto y aprendido. Un corazón de niño es:

Dependiente: Porque no puede hacer nada sin la dirección de sus padres o responsables, para poder sobrevivir y ser un adulto responsable, debe ser cuidado todo el tiempo. Dios necesita que entendamos que somos dependientes de Él en todo tiempo, por eso nos dice: VENID A MÍ.

Amoroso: Mi sobrino, en muchas oportunidades y de manera espontánea, me abrazaba en gratitud de lo que le hacía vivir en esa temporada que vino, y de repente me soltaba una frase que movía mi corazón: “Tío Jann, te quelo muto”, frase que actualmente sigo oyendo y que quita cualquier malestar que pueda haber tenido en el día, los padres entenderán a qué me refiero.

Sin rencor: Algo que aprendí de la visita de mi sobrinito era que en ciertos momentos le llamaba la atención y lo regañé varias veces, y lloraba, pues no le gustaba ser corregido, y hasta se molestaba, pero al poco rato, cuando se calmaba, me decía: “Tío Jann, te quelo muto”, y estaba conmigo como si no lo hubiera regañado. Nosotros, como adultos, nos quedamos con la ofensa, no perdonamos, nos hacemos duros y fríos, sin importar las cosas buenas que esa persona haya hecho en nuestras vidas; decidimos simplemente desecharlas y arrojarlas a un cesto de basura sin importarnos nada.

Sin amarguras: Comúnmente vemos peleas entre niños, bien sea por juguetes o por algún dulce, y aunque quizás se golpeen el uno al otro, lloran y se molestan; al ratito los podemos ver jugando y riendo como si nada. Ellos no dejan de jugar ni se van molestos sin hablarle al otro niño, haciéndole la famosa “ley del hielo”.

Confiados: Los niños tienen la capacidad de confiar en sus padres o responsables, sin importar si entienden o no, simplemente ellos obedecen confiados porque de alguna manera comprenden que se les está cuidando, respetan los límites, y no cuestionan cuando son las horas de dormir o hacer sus tareas.

Entre otras cualidades del corazón de los niños, es que son amables, cariñosos, alegres, ocurrentes, no hablan mal de otros niños, están siempre dispuestos a aprender de alguna u otra manera.

Hemos perdido el corazón de niño, nos hemos convertido en adultos con muchas marcas emocionales. Quizás todo lo que viviste, incluso desde la infancia, te ha endurecido el corazón, quizás es justificable por todo el sufrimiento que te provocó esa herida, esa que te la hizo quien menos esperabas. Quizás me puedes decir: "ahhhh es que no conoces mi historia y todo lo que he sufrido", y es cierto, no lo sé, pero Dios sí lo sabe, Él también es padre, y vio sufrir y morir injustamente a su hijo, pero el corazón del Padre aún no se ha endurecido contigo y conmigo. Así como le dijo a Nicodemo en el capítulo 3 del libro de Juan, hoy te dice a ti, debes nacer de nuevo, realmente debemos nacer de nuevo, y con el nuevo nacimiento se forma un nuevo bebe, y ¿sabes que se forma primero en el vientre de una madre?, así es, el corazón.

Dios quiere que volvamos a ser como niños, con un corazón dispuesto a aprender, a depender de Él, sin cuestionar sus decisiones, amorosos, tiernos, sin rencor. No importa lo que te hayan hecho, lo que hayas sufrido, incluso si fuiste quien causó dolor, o trataste mal a alguien o alejaste a personas que solo querían cuidarte. Dios quiere reiniciarte el corazón como el de un niño, para heredar el reino de los cielos. ¿Te dejas?

Jann Quintero.

Día 3

Acerca de este Plan

Corazón de Niño

El Señor Jesús nos encomendó la tarea de ser como niños, porque de los tales es el reino de los cielos. La gran pregunta es: ¿A qué se refería exactamente nuestro Señor? Te invito a que reflexionemos juntos en este pasaje, porque para ganar el Reino de los cielos debemos ser como niños, y para ello debemos entender en qué sentido debemos hacerlo.

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Nos gustaría agradecer a Jann Luis Quintero por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: iglesiadelacruz.com