Permaneciendo en Jesús - Llevando Fruto DuraderoMuestra

Ámense los unos a los otros

Lectura: Juan 15:17

EOAO: Juan 15:17

"Esto os mando: que os améis unos a otros" (RV2020).

En el texto

Cuando permanecemos en Cristo, nuestros corazones comienzan a reflejar el Suyo. Cuando nos acercamos a Jesús, Su amor llena cada rincón de nuestros corazones, transformándonos y derramándose en nuestras relaciones. Por eso, amar a los demás no es opcional. Es el resultado natural de permanecer en Él.

Jesús nos amó de manera sacrificada, completa e incondicional. Nos amó cuando no lo merecíamos y cuando no teníamos nada que ofrecer a cambio. Fue una elección que hizo por ser quien es. Cuando Jesús nos llama a amarnos los unos a los otros, nos está invitando a compartir ese mismo tipo de amor. Es un amor que va más allá de los sentimientos, más allá de la conveniencia y, a menudo, más allá de lo que parece posible. Sin embargo, al permanecer en Él, encontramos la fuerza para amar incluso cuando es difícil, para perdonar incluso cuando no lo merecemos y para servir incluso cuando nos cuesta algo.

El amor de un cristiano es diferente del amor del mundo. El verdadero amor, tal como lo modeló Jesús, es a menudo incómodo y desafiante, pero también es el reflejo más hermoso de la vida de Jesús en nosotras.

No está sólo en los grandes gestos, sino en los momentos cotidianos: la voluntad de escuchar, de tender la mano, de perdonar, de animar. Cuando permanecemos en Jesús, Él produce en nosotras un tipo de amor que nunca podríamos haber producido con nuestras propias fuerzas. Este amor deja un impacto duradero. Es un amor que bendice a los que conocemos, atrae a otros hacia Él y, en última instancia, da gloria a Dios.

Oración

Querido Jesús, gracias por amarme con un amor que no tiene límites. Enséñame a amar como tú me has amado, para que mi vida sea un reflejo de tu gracia y compasión. Amén.