Permaneciendo en Jesús - Llevando Fruto DuraderoMuestra

Permanecer en Jesús: Confiar en el trabajo del Labrador

Jesús es la Vid Verdadera y Dios es nuestro Labrador

Lectura: Juan 15:1

EOAO: Juan 15:1

"Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador" (RV2020).

En el Texto

Seré honesta. No soy una gran jardinera. ¡Ojalá lo fuera! Pero puedo notar de inmediato la diferencia entre un jardín que se cuida con amor y uno que se deja por su cuenta. Sin el cuidado de un jardinero, las plantas se marchitan y mueren o crecen de forma salvaje y rebelde, no prosperan y no cumplen el propósito para el que fueron plantadas. Sin embargo, cuando un jardinero interviene, el jardín se transforma. Con la combinación adecuada de amor, cuidado y cultivo sabio, el jardín se convierte en un lugar de vida y propósito, que ofrece nutrición y belleza.

Así sucede con nosotros. Dios, nuestro Jardinero por excelencia, es quien cuida nuestras vidas con amor y cuidado. En Génesis, vemos esto hermosamente representado cuando coloca a Adán y Eva en el Jardín del Edén, un lugar rebosante de vida, belleza y abundancia. Antes de que el pecado entrara al mundo, vislumbramos una vida de perfecta permanencia. Era una vida en la que todo lo que necesitaban, toda alegría y fuente de fortaleza, provenía de su relación con Dios.

Al igual que con las plantas, el lugar de donde obtenemos nuestro alimento es importante. A quién o a qué a lo que estemos conectados nos traerá vida o la agotará. Jesús nos dice que Él es la Vid Verdadera, y que Dios es el Jardinero de nuestras vidas. Dios nos cuida con amor, moldeandonos de tal manera que produzcamos fruto. Él poda, riega y nos provee de todo lo que necesitamos, pero debemos permanecer conectados a la Vid, Jesús.

Al permanecer en Él, encontramos todo lo que necesitamos para una vida fructífera que glorifique a Dios.

Oración

Querido Jesús, gracias por ser la Vid Verdadera. Ayúdame a permanecer conectada contigo para recibir el alimento que necesito para producir fruto espiritual que bendiga a otros y te glorifique a ti. Amén.