Permaneciendo en Jesús - Llevando Fruto DuraderoMuestra

Permanecer en Jesús: Dar fruto duradero

Permanecer en Jesús para dar fruto

Lectura: Juan 15:3-4

EOAO: Juan 15:4

"Permaneced en mí y yo en vosotros. El pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid. Del mismo modo ocurre con vosotros si no permanecéis en mí" (RV2020).

En el texto

Cuando leo Juan 15:3-4, me imagino a Jesús inclinándose y mirando a cada uno de los discípulos a los ojos mientras les dice: "Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes..." Esta es una promesa ya que Jesús sabía que para que cada uno de los discípulos fuera útil en su vida y ministerio, deberían permanecer en Él.

La misma verdad se aplica a nosotros hoy. No podemos hacer nada de valor duradero separadas de Jesús. Así como las ramas deben permanecer conectadas a la vid para nutrirse y crecer, nosotras también debemos permanecer arraigadas en Jesús para recibir la fuerza espiritual que necesitamos para florecer.

Cuando las ramas nuevas comienzan a crecer, a menudo se inclinan hacia el suelo. Al tocar el suelo, la tierra y el barro comienzan a adherirse a ellas, lo que puede impedir que crezcan fuertes y den buen fruto. Para ayudarles a prosperar, un jardinero debe levantar con cuidado las ramas, lavando con cuidado la tierra, para que puedan alcanzar su máximo potencial y producir buen fruto.

Así nosotras, experimentamos una "limpieza" similar a través de la Palabra de Dios. Cuando escudriñamos Su Palabra, nuestras mentes son renovadas y se transforma nuestro entendimiento por medio del cual Él nos muestra aquellas cosas de nuestra vida que debemos cambiar. Puede que sean áreas en las que el pecado ha enturbiado nuestras vidas y nos ha impedido recibir el alimento que necesitamos para crecer. Pero la esperanza no está perdida. A través de la Palabra de Dios, es como si Él nos levantara, limpiara y restaurara con amor, permitiéndonos crecer y dar el buen fruto que fuimos creados para producir.

Oración

Querido Jesús, sé que separada de ti nada puedo hacer. Límpiame a través de tu Palabra y produce en mí fruto espiritual que te glorifique. Amén.