Permaneciendo en Jesús - Llevando Fruto DuraderoMuestra

El árbol plantado junto a corrientes de agua que da fruto

Lectura: Salmo 1:1-3

EOAO: Salmo 1:1-3

"Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni recorre el camino de los pecadores, ni se sienta a conversar con blasfemos, sino que en la ley del Señor está su delicia y en su ley medita de día y de noche. Es como un árbol plantado junto al arroyo, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prospera" (RV2020).

En el texto

A quién le pedimos consejo, a quién permitimos que influya en nuestro corazón y de quién nos rodeamos, importa. La verdadera sabiduría, el alimento y la vida no se encuentran en el mundo. El mundo solo nos secará y nos hará amargados y frágiles.

Dios nos invita a una forma de vida diferente: una vida como la de un árbol plantado junto a corrientes de agua, nutrido constantemente por Su amor y verdad inmutables. Esta agua viva, que se encuentra en Su Palabra, nos sostiene y nos fortalece en cada estación. Así como las raíces de un árbol crecen más profundas y fuertes cuando está plantado junto a una fuente de agua confiable, nuestras almas se vuelven seguras y resilientes cuando nos mantenemos arraigadas en la presencia vivificante de Dios.

En lugar de alinear nuestras vidas con el mundo y buscar sabiduría y alimento en aquellos que están desnutridos, necesitamos arraigarnos en la Palabra de Dios, el Agua Viva. Entonces, sin importar la estación, estaremos seguras y estables porque estamos arraigadas y establecidas en Él.

Cuando nuestras vidas están arraigadas en la Palabra de Dios, nuestro gozo ya no depende de nuestras circunstancias, sino más bien de obedecer Sus mandamientos. Desde la perspectiva del mundo, nuestras vidas pueden parecer un desastre, pero podemos permanecer tranquilos, sabiendo que nuestro Padre Celestial está obrando todo de acuerdo con Su plan perfecto. Es en esos huracanes de angustia que deberían habernos desarraigado que podemos permanecer firmes y fuertes. Nuestras hojas y frutos nunca se secarán porque Él es el Agua Viva que nunca se acaba, por siempre y para siempre.

Oración

Querido Jesús, gracias por ser el Agua Viva que sostiene mi alma. Ayúdame a permanecer arraigada en tu Palabra, sacando fuerza y ​​sabiduría de ti cada día. Amén.