No es fácil...

Jesús nos dice que para obtener, encontrar y tener la puerta abierta, es necesario pedir, buscar y llamar.

Sin embargo, esto no sólo se refiere a nuestra relación con Dios, sino que creo que Jesús quería transmitirnos algo aún más profundo y poderoso: Él desea que pidamos, busquemos y llamemos a las puertas de aquellos que aún no han recibido el amor de Dios.

Pensamos y esperamos que las personas nos busquen para recibir una buena palabra; a veces sucede, pero generalmente debería ser el creyente quien pida, busque y llame.

Él nos quiere audaces y capaces de movernos con habilidad en este mundo.

¿Es difícil? ¡Sin duda! Por eso Jesús nos dice: “Cuán estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida”.

Tu vida en Cristo ha abierto la puerta del paraíso, pero esforzarte por entrar por la puerta estrecha te llevará a una vida plena, aquí y ahora.

La comodidad de una vida sin esfuerzo equivale a recorrer el camino ancho y entrar por la puerta espaciosa. Créeme, “muchos son los que entran por ella” y no encuentran ni vida ni paz.

Te invito a hacer esta sencilla oración conmigo:
“Padre del cielo, gracias por haberme dado a Jesús y por haberme salvado mediante Su sacrificio.
Te pido que me enseñes a pedir, buscar y llamar incluso cuando no me siento capaz y lo encuentre difícil.
Quiero entrar por la puerta estrecha, quiero recorrer ese camino angosto que me llevará a la vida plena prometida por Tu Hijo. En el nombre de Jesús, amén".