La alegría de dar

Un día Jesús dijo: “(...) Hay más dicha en dar que en recibir” (Hechos 20:35 NVI).

Siempre me resultaron difíciles estas palabras porque, siendo sinceros, hay más alegría en recibir que en dar.

Me tomó tiempo entender lo que Jesús realmente quería decir.

Miremos a Él: se entregó al mundo para que muchos pudieran ser salvos, dio Su vida para que muchos fueran liberados de la muerte y del pecado.

Dios encontró más gozo en darse a sí mismo que en recibir, porque Su entrega trajo la salvación de millones de personas.

Cuando recibes un regalo, el amor te empuja a devolver, a ser aún más generoso. Cuando amas desinteresadamente, te conviertes en "acreedor" de amor.

Por eso el mandamiento dice que ames al prójimo como a ti mismo: tu amor necesariamente debe generar amor hacia ti.

¿Ahora entiendes por qué hay más alegría en dar que en recibir? Lo sé, no es fácil dar con la incertidumbre de no recibir, pero esta es la ley del amor.

La misma ley dice que, de una forma u otra, tu amor producirá un fruto del cual tú también te beneficiarás.