Las dos túnicas

Hemos podido examinar cómo una vida plena no se logra llenándola de comodidades, sino vaciándola para llenar la de los demás.

¿Eso es todo? ¡Claro que no! Jesús nos da otra enseñanza fundamental para alcanzar un equilibrio perfecto y hacer nuestra vida plena: “El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene”(Lucas 3:11 RVR1960).

Si tienes dos túnicas, dale una a quien no tiene. No dice que te vuelvas pobre para enriquecer a los pobres, sino que, parafraseando, compartas tu riqueza con quien es pobre, tu paz con quien no tiene paz, el perdón con quien no sabe perdonar.

Haz todo lo posible por dar amor, el mismo amor que deseas para ti. El primer obstáculo que debemos superar somos nosotros mismos, cuando pensamos que no debemos amar (o no queremos amar) porque nadie nos ama.

Ciertamente no es fácil amar primero o amar sin ser amado, pero Jesús dijo: “porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida” (Mateo 7:14 RVR1960).

Recuerda que Jesús dejó el mandamiento del amor. Un mandamiento, no una sugerencia sujeta a la inspiración del momento.

Un mandamiento implica hacer algo independientemente de tu voluntad. Ama, y si nadie te ama, no temas: serás llenado por el mismo Dios, por Su amor perfecto, por una vida plena.