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Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia

DÍA 3 DE 31

El Peligro: El fracaso David, que fue rey de Israel aproximadamente entre 1040 y 1010 BC, fue un gran hombre; de hecho, fue un hombre fuera de serie en muchos aspectos: fue músico, poeta, guerrero, constructor y hombre de estado. Pero también tuvo debilidades de carácter muy devastadoras: sucumbió a la tentación de reunir un harén de esposas y concubinas, como los que tenían los reyes paganos que había a su alrededor, y parece que fue un mal padre. Aunque era muy fuerte en la batalla, parece que fue terriblemente débil en el trato con los hijos. Aunque fue un brillante hombre de Dios, permitió que sus hijos se enorgullecieran en traiciones y violencias impías. Su hijo Absalón, por ejemplo, llegó a despreciar a su padre; reunió un ejército rebelde que logró sacar de Jerusalén al vacilante rey. El pecado de Absalón fue muy grande: atacó a su propio padre, inició una sangrienta guerra civil en el país y alzó su mano contra el ungido del Señor. Y en la batalla final fue asesinado. No había ninguna posibilidad de reconciliación con su padre ni con su Dios. El dolor de David por la muerte de su hijo fue inconsolable: “Entonces el rey se turbó, subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró. Mientras iba subiendo, decía: «¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!»” (2 Samuel 18:33). Alguna vez ha tenido que decir, “Quién me diera . . .”?El Peligro: El fracaso David, que fue rey de Israel aproximadamente entre 1040 y 1010 BC, fue un gran hombre; de hecho, fue un hombre fuera de serie en muchos aspectos: fue músico, poeta, guerrero, constructor y hombre de estado. Pero también tuvo debilidades de carácter muy devastadoras: sucumbió a la tentación de reunir un harén de esposas y concubinas, como los que tenían los reyes paganos que había a su alrededor, y parece que fue un mal padre. Aunque era muy fuerte en la batalla, parece que fue terriblemente débil en el trato con los hijos. Aunque fue un brillante hombre de Dios, permitió que sus hijos se enorgullecieran en traiciones y violencias impías. Su hijo Absalón, por ejemplo, llegó a despreciar a su padre; reunió un ejército rebelde que logró sacar de Jerusalén al vacilante rey. El pecado de Absalón fue muy grande: atacó a su propio padre, inició una sangrienta guerra civil en el país y alzó su mano contra el ungido del Señor. Y en la batalla final fue asesinado. No había ninguna posibilidad de reconciliación con su padre ni con su Dios. El dolor de David por la muerte de su hijo fue inconsolable: “Entonces el rey se turbó, subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró. Mientras iba subiendo, decía: «¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!»” (2 Samuel 18:33). Alguna vez ha tenido que decir, “Quién me diera . . .”?

Escrituras

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Acerca de este Plan

Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia

Este plan de lecturas muestra que usted es miembro del equipo de rescate de Dios, que busca a quienes se están ahogando para llevarles la vida por medio de las buenas noticias de Jesús, especialmente quienes fueron creyentes pero están a la deriva. Dios nos ha comisionado a todos para traerlos de regreso.

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Nos gustaría agradecer a Time Of Grace por proveer este plan. Para más información, por favor visite: https://timeofgrace.org/espanol