Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

El Corazón de Dios: La pasión No logro mucho cuando le hago frente al rechazo. ¿Y usted? Todavía puedo recordar cada rechazo que recibí de las niñas, hace 40 años en la escuela secundaria. Todavía me acuerdo de los insultos y las burlas en los campos de juego de la escuela primaria. Sería completamente razonable suponer que Dios deja de preocuparse por las personas que han dejado de preocuparse por él. Sería completamente razonable suponer que Dios despide con un divino encogimiento de hombros a todos los que se desvían: “¿Quiere experimentar la vida sin mí? -Muy bien, entonces vaya al infierno. A ver si me importa". Eso es razonable, pero no es la verdad. He aquí como piensa Dios en realidad: “Porque así ha dicho Jehová, el Señor: Yo, yo mismo, iré a buscar a mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré yo a mis ovejas y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad” (Ezequiel 34:11,12). Los pastores se ocupan personalmente del bienestar de sus ovejas. Jesús, el Buen Pastor, murió y resucitó por las ovejas buenas y por las malas, y no quiere perder ninguna de ellas. ¡Ni siquiera una!El Corazón de Dios: La pasión No logro mucho cuando le hago frente al rechazo. ¿Y usted? Todavía puedo recordar cada rechazo que recibí de las niñas, hace 40 años en la escuela secundaria. Todavía me acuerdo de los insultos y las burlas en los campos de juego de la escuela primaria. Sería completamente razonable suponer que Dios deja de preocuparse por las personas que han dejado de preocuparse por él. Sería completamente razonable suponer que Dios despide con un divino encogimiento de hombros a todos los que se desvían: “¿Quiere experimentar la vida sin mí? -Muy bien, entonces vaya al infierno. A ver si me importa". Eso es razonable, pero no es la verdad. He aquí como piensa Dios en realidad: “Porque así ha dicho Jehová, el Señor: Yo, yo mismo, iré a buscar a mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré yo a mis ovejas y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad” (Ezequiel 34:11,12). Los pastores se ocupan personalmente del bienestar de sus ovejas. Jesús, el Buen Pastor, murió y resucitó por las ovejas buenas y por las malas, y no quiere perder ninguna de ellas. ¡Ni siquiera una!