Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

El Peligro: La esperanza ¿Alguna vez ha tratado de inducir a otra persona para que cambie un comportamiento pernicioso? Aparentemente, eso es imposible, ¿no le parece? Las personas se resisten al cambio y tienden a retroceder cuando se sienten empujadas por otra persona. Parece imposible lograr que otra persona deje de fumar, que deje de vivir en adulterio o que deje de gastar el dinero en billetes de lotería y máquinas de juegos. De la misma manera, puede parecer imposible reavivar la fe fría y muerta de una persona. Pero puede suceder. Su Dios quiere que sepa que es posible traer a alguien de regreso del suicidio espiritual; usted puede influir en un cambio positivo en otra persona. Sus palabras y actos pueden hacer la diferencia. “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguno lo hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados” (Santiago 5:19,20). Las palabras más emocionantes que escuchará usted en el cielo serán de Cristo, cuando le diga: "Bienvenido a casa". La segunda frase más emocionante la van a escuchar los que trajeron de regreso a un pecador que iba en el camino del error, cuando les diga: “Gracias por haberme regresado al camino de la vida”. El Peligro: La esperanza ¿Alguna vez ha tratado de inducir a otra persona para que cambie un comportamiento pernicioso? Aparentemente, eso es imposible, ¿no le parece? Las personas se resisten al cambio y tienden a retroceder cuando se sienten empujadas por otra persona. Parece imposible lograr que otra persona deje de fumar, que deje de vivir en adulterio o que deje de gastar el dinero en billetes de lotería y máquinas de juegos. De la misma manera, puede parecer imposible reavivar la fe fría y muerta de una persona. Pero puede suceder. Su Dios quiere que sepa que es posible traer a alguien de regreso del suicidio espiritual; usted puede influir en un cambio positivo en otra persona. Sus palabras y actos pueden hacer la diferencia. “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguno lo hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados” (Santiago 5:19,20). Las palabras más emocionantes que escuchará usted en el cielo serán de Cristo, cuando le diga: "Bienvenido a casa". La segunda frase más emocionante la van a escuchar los que trajeron de regreso a un pecador que iba en el camino del error, cuando les diga: “Gracias por haberme regresado al camino de la vida”.