Estar siempre alegresMuestra

     Mi historia
 

    Cuando salí de casa tenía 22 años y vivía en Cristo para las naciones;   estuve ahí cerca de un año. La tristeza no era solo por dejar mi casa y   Colombia, también porque las cosas no salían como quería. Unos amigos me   vieron triste y me llevaron a una pizzería, de esas que tienen juegos,   películas, comida... Me senté a ver una película del Correcaminos; nunca la   había visto pues en mi familia no vimos mucha televisión y, no sé por qué,   empecé a reírme como un loco; ¡me dio un "ataque"! Mis amigos me   sacudían, pero no dejaba de reír; incluso llamaron al administrador y todos   me miraban. Esa experiencia me enseñó que cuando estamos sumidos en la   tristeza, por alguna razón, pareciera que reímos con más facilidad, pero eso   no significa que estemos alegres y menos, felices. Dios nos lo confirma: «La   risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor   permanece». Proverbios 14:13 (NTV)
 

    ¿Has experimentado algo similar? ¿Estando triste, afligido, acongojado o   devastado te llegó un ataque de risa que te hizo olvidar por un momento la   realidad, sentirte bien y creer que estabas feliz, pero cuando te calmaste   quedaste aún más desolado? Si es así, te invito a decir Padre Dios, necesito tu ayuda porque tengo el corazón abatido   y busco la felicidad en una risa falsa que no me lleva a nada. Me presento a   ti con el corazón humillado, soy consciente de que sin ti no puedo encontrar   la felicidad que quiero; esa sincera felicidad que llena de paz el alma y   solo viene de tu mano, en el nombre de Jesús, amén.