Estar siempre alegresMuestra
La felicidad y la oración
Jeremías vio a Dios con enojo, pero después se rectificó y dijo «No obstante aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan». Lamentaciones 3:21-22 (NTV). Dejó de ser subjetivo y sanó al sacar su dolor y resentimiento. Podríamos decir que lo clavó en la cruz e hizo la oración de fe porque entendió que Dios no abandona a nadie y, aunque siente dolor, se compadece debido a la grandeza de su amor inagotable, pues no se complace en herir a la gente o causarle dolor. Entonces, cuando el Señor nos dice «NUNCA dejen de orar», nos pide «estén alerta porque hay un enemigo real, tengan cuidado con el mundo, no se dejen controlar por la carne...». Cuando el diablo, la carne o el mundo nos dicen «huye, sal corriendo, suicídate»; debemos confesar «no me rendiré porque Dios está conmigo y no me dejará ni desamparará». Cuando viene el dardo del enemigo a traer tristeza, la salida está en nuestra oración de fe. Cuando el diablo, la carne o el mundo vienen a decirnos «divórciate, no hay esperanza», nuestra oración debe ser «que no separe el hombre lo que Dios unió». Cuando el diablo, la carne o el mundo vienen a decirnos «deprímete, deja de cantar, tómate "una"»; ¿qué decimos?: «no porque el gozo de Dios es mi fortaleza». Esa es una oración de fe.
Dios nos dice «Estén SIEMPRE alegres», «NUNCA dejen de orar». No dice «confiesen lo que el diablo, la carne o el mundo les dice»; afirma «NUNCA dejen de orar»: una oración de fe y victoria. Cuando el enemigo, la carne o el mundo nos dice «peca, nadie te ve ni lo sabrá»; debemos decir «aunque esté en mí, me cueste y tenga ganas de desobedecer, no dejare que el pecado reine en mí».
¿Oramos lo suficiente?
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuántas veces te has preguntado: ¿soy feliz?, ¿qué me falta para serlo?, ¿por qué, si tengo dinero, no estoy siempre alegre?, ¿por qué puedo reír y después sentirme vacío? En este devocional encontrarás la dirección para la real felicidad, la que solo proviene de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Andrés Corson en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://supresencia.com y http://www.elcentronetwork.com.