Estar siempre alegresMuestra
Para ser felices hay que estar alerta
Cuando el Señor me dio esa palabra le dije «está simple». Me contestó: «pero no lo hacen y por eso muchos no son felices. Oren sin cesar, manténganse alerta todo el tiempo, no descuiden a su enemigo, no permitan que los engañe ni sean ingenuos con respecto a él, no crean que los deja tranquilos porque permanentemente planea hacerlos caer, no permitan que su carne los desanime y lleve a cometer locuras, no juzguen, no critiquen, no se obsesionen contra los demás ni piensen mal o maquinen contra ellos, renueven su mente, perdonen todo el tiempo, no se dejen llevar por su imaginación, pero sobre todo, no me vean desde su dolor, ira, resentimiento o pasado, ni tengan esa perspectiva equivocada de mí». No era tan simple como pensaba.
Eso le pasó a Jeremías: miraba a Dios desde su dolor. Muchas veces, por no decir casi siempre, también lo vemos así. Somos subjetivos con respecto a él, la vida, nosotros mismos o los demás; todo lo vemos desde nuestro pasado, dolor, malas experiencias o, como dice la Biblia, corazón de ladrón. La Palabra dice que nuestro corazón es malo y vemos a Dios influenciados por el enemigo, el mundo o la carne. Así habla Jeremías: «Yo soy el que ha visto las aflicciones que provienen de la vara del enojo del Señor —habla de Dios y describe las atrocidades que cree que hizo contra él—. Me llevó a las tinieblas y dejó fuera toda luz, volvió su mano contra mí una y otra vez, todo el día». Lamentaciones 3:1-3 (NTV con énfasis del autor). Esa es una persona que habla de Dios desde sus malas experiencias, dolor, desierto... Luego algo pasa y Jeremías hace la oración de un corazón que perdonó y ahora ve a Dios como es.
Y nosotros..., ¿vemos a Dios desde el dolor o desde el amor?
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuántas veces te has preguntado: ¿soy feliz?, ¿qué me falta para serlo?, ¿por qué, si tengo dinero, no estoy siempre alegre?, ¿por qué puedo reír y después sentirme vacío? En este devocional encontrarás la dirección para la real felicidad, la que solo proviene de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Andrés Corson en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://supresencia.com y http://www.elcentronetwork.com.