Vivir cerca de Dios

El primer hábito que nos lleva a ser más como Jesús es el hábito de vivir cerca de Dios. Este hábito es esencial para vivir en una relación íntima con Dios. No obstante, vivir cerca de Dios no nos sale de manera natural. 

Limitamos su acceso a nuestra vida

Todos queremos tener a Dios en nuestra vida. Y a la vez no queremos perder el control de nuestra vida. Si Dios va a ser parte de nuestra vida, nosotros queremos definir cómo será esta relación. Ponemos a Dios en cajas: lugares y momentos definidos en los que estamos «con Dios» (por ejemplo: ir a la iglesia los domingos o decir una oración antes de dormir). Lo buscamos cuando lo necesitamos o nos conviene, y luego lo ignoramos. 

A fin de cuentas, Dios está en parte de nuestra vida, pero no es parte de toda nuestra vida. No obstante, esto no es lo que Dios desea.

Dios quiere estar cerca de sus hijos.  

Cuando Dios nos salva, nos acerca a Él y nos adopta como sus hijos. Dios realmente desea una relación de Padre e hijo con nosotros.

Idea grande: Compartimos la vida con Dios cuando le hablamos y le escuchamos

Oír su voz y hablar con Él son disciplinas muy importantes para el hijo o hija de Dios, porque a través de ellos permitimos que Dios entre en toda nuestra vida. Así podemos compartir la vida con Dios de verdad, en vez de solo tenerlo presente en momentos específicos.

Escuchamos su voz al leer su Palabra

La Biblia es la Palabra de Dios, y Él nos habla cuando la leemos. Escuchamos su voz cuando leemos la Biblia.

Hablamos con Dios cuando oramos

Orar es mucho más que sólo repetir las oraciones formales que a veces se oyen en las iglesias. La oración es simplemente hablar con Dios. Es nuestra conversación con Dios. 

Es una conversación constante

Cuando leemos y meditamos en la Palabra de Dios, y oramos, entramos en una conversación con nuestro Padre. Al incorporar estas actividades en nuestra rutina diaria esta conversación se convierte en algo constante que envuelve toda nuestra vida.

Así que debemos empezar y terminar nuestro día con la Palabra de Dios y la oración, y durante el día meditar en lo que hemos leído, leer más y hablar con Dios.

Más como Cristo

Cuanto más vivimos en comunión constante con el Padre, más nos llegamos a parecer a Cristo, Quien vivió toda su vida en comunión con su Padre.

¿Cuál es tu próximo paso para pasar más tiempo cada día con Dios?

Nada nos conecta con Dios como tener el hábito de leer la Biblia y orar cada día. Este hábito nos llevará a crecer, a conocer mucho mejor a Dios y a ser más como Jesús.