Cómo leer el ApocalipsisSample
Las trompetas son señal de la presencia e intervención de Dios. En Ezequiel 33:2-6, que bien puede haber provisto parte de la inspiración para el pasaje que estudiamos, se habla de un centinela que «vea venir la espada sobre la tierra, y toque la trompeta y avise al pueblo». Si en tal caso alguien no le presta atención y se prepara, «su sangre será sobre su cabeza». En otras palabras, quien siendo avisado no toma las precauciones necesarias no puede culpar a otro por las consecuencias. El propósito de los grandes males que vendrán sobre la tierra no es una venganza cruel por parte de un Dios que se regocija al ver el sufrimiento de sus enemigos. Su propósito es más bien llamar al mundo a la obediencia.
Cuando el primer ángel toca la trompeta, el «granizo y fuego» nos recuerdan la séptima plaga de Egipto (Ex 9:23-26). En Éxodo «aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias» y hasta los árboles y la hierba. En Apocalipsis, al tiempo que hay también granizo, lo más temible es el fuego, que «quemó la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde».
La segunda y tercera trompetas nos recuerdan la primera plaga de Egipto (Ex 7:19-21). En Egipto lo que desata la plaga es la vara de Aarón al tocar las aguas. Aquí el origen de la plaga es mucho más dramático: un monte ardiendo en el caso de la segunda trompeta, y «una gran estrella ardiendo como antorcha» en el caso de la tercera. En Egipto todas las aguas –hasta la que estaba «en los vasos de madera y en los de piedra»– se contaminan. Pero en Egipto la plaga se limita a las aguas de Egipto, mientras en el Apocalipsis la plaga se extiende por toda la tierra.
Cuando el cuarto ángel toca la trompeta, las plagas alcanzan hasta el cielo mismo. Nótese que la plaga desatada por el primer ángel se refiere a la tierra, y las desatadas por el segundo y el tercero se extienden al mar y todas las aguas. Ahora esta cuarta plaga se vuelve hacia el firmamento. Nada permanece inalterado y seguro –ni la tierra, ni el mar, ni siquiera el sol y las estrellas–. Este nuevo desastre es paralelo a la novena plaga en Egipto (Ex 10:21-23), donde Moisés extendió la mano hacia el cielo y «por tres días hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto», excepto entre los hijos de Israel. En el Apocalipsis, la oscuridad es más dramática, pues alcanza a las lumbreras del cielo, el sol, la luna y las estrellas.
About this Plan
Este plan de lectura le ayudará a evitar los errores más comunes que surgen al leer Apocalipsis. A través de datos históricos, análisis y claves de lectura, usted podrá entender mejor el libro "más difícil" de toda la Biblia. Este plan es un extracto del libro "Cómo leer el Apocalipsis", de Justo González & Catherine González.
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