Reto Detox Para El CorazónSample
Rechazo
Todos en algún momento hemos sido rechazados. Para algunos no ha sido tan relevante: “Pues me da igual lo que piensen de mí”. Para otros ha sido el pequeño copo de nieve, que inició la avalancha que hay en su interior. La verdad es que el rechazo muy difícilmente no deja sus secuelas. Cuando crees que te resbala, puede convertirse en egocentrismo, apatía, frialdad, aislamiento. Cuando lo tomas muy a pecho puede convertirse en venganza, baja estima, rebeldía.
No es tan fácil lidiar con el rechazo. ¿Sabes por qué? Porque solo se cura con perdón, y el perdón solo se produce cuando hay amor, y solo podemos amar si hemos conocido a Dios. En resumidas cuentas, solo Dios podrá prepararnos para desintoxicarnos del rechazo.
Jesús fue rechazado, fue una condición que no buscó encubrir. Jesús hablaba del rechazo que sufría. Jesús perdonó a quienes lo rechazaron. En su última oración incluyó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Jesús no permitió que Su corazón fuese intoxicado por el rechazo, Él decidió perdonar.
El rechazo te quiebra, y más cuando viene de alguien que es de suma importancia para ti: padres, hermanos, pareja, amigos cercanos. Y en ocasiones el rechazo te cala tanto que terminas rechazándote, pues “ellos tienen razón, el problema soy yo”.
Dios desea desintoxicar tu corazón y tu mente del sentimiento del rechazo. Que te sientas amado por Él, como lo dice Juan 3:16, y que, al dejarte amar por Él, encuentres las fuerzas para amar y perdonar.
No será un proceso que surgirá de inmediato, conllevará varios días, meses, años, el sacar de tu corazón las toxinas del rechazo. Pero no estás solo, Dios está contigo. Tú puedes lograrlo, puedes amar y perdonar. Tú puedes vencer al rechazo.
Scripture
About this Plan
Constantemente somos bombardeados con pensamientos contrarios a la mentalidad de Cristo, los cuales llenan nuestro interior de toxinas que nos hacen dudar de nuestra identidad como hijos de Dios. En este plan caminaremos hacia el corazón del Padre, exponiéndonos a Su verdad mientras desintoxicamos nuestro interior. Al final podremos declarar la verdad que cita 1 Juan 4:16: “He llegado a saber y creer que Dios me ama” (Énfasis añadido).
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