Reto Detox Para El CorazónSample
Juzgar
¿Bajo qué condiciones tienes tú el derecho de emitir juicios sobre alguien? ¿Tienes derecho de juzgar a quien te falla? ¿A tu pareja? ¿A tus hijos? ¿A tus líderes?
Solo alguien justo puede juzgar la injusticia, solo alguien perfecto puede juzgar la imperfección. Solo Dios puede juzgar, solo a Dios le corresponde el papel de juez. Cierta vez leí: “No me juzgues por pecar en una forma diferente a como lo haces tú”, ¡tremenda bofetada!
Se hace muy fácil juzgar a otros por lo que hacen, o dejan de hacer, sin considerar nuestra condición, de que alguna vez también hemos fallado, y Dios nos ha perdonado.
José entendía esto muy bien, ¿quién era José? José fue un joven soñador, lleno de anhelos, visionario; desde temprana edad supo que estaba destinado a la grandeza; sus hermanos le aborrecían por esto, aborrecían su convicción de que él sería alguien importante algún día, así que le ofendieron, le lastimaron, le vendieron como esclavo, por ellos José estuvo años en la cárcel, lo dieron por muerto a su padre. Luego de todo esto, los hermanos de José se encuentran ante él, no ante el joven José indefenso, sino ante José el gobernador de Egipto, el segundo luego del Faraón; y José pudiendo emitir juicio en contra de ellos, pues obviamente le causaron gran mal; solo alcanzó a decir: “¿Acaso soy yo Dios?".
José reconocía que solo Dios podía juzgarlos, pesar sus acciones, sabiendo que a él solo le correspondía amar y perdonar.
Nuestros corazones navegan en las toxinas de la emisión de juicio, nos hemos tomado esa atribución como si fuese una de nuestras principales responsabilidades.
Dios hoy te recuerda, que esa es una responsabilidad que solo le corresponde a Él. Al menos que estés libre de pecado, en ese caso puedes tirar la piedra del juicio.
Scripture
About this Plan
Constantemente somos bombardeados con pensamientos contrarios a la mentalidad de Cristo, los cuales llenan nuestro interior de toxinas que nos hacen dudar de nuestra identidad como hijos de Dios. En este plan caminaremos hacia el corazón del Padre, exponiéndonos a Su verdad mientras desintoxicamos nuestro interior. Al final podremos declarar la verdad que cita 1 Juan 4:16: “He llegado a saber y creer que Dios me ama” (Énfasis añadido).
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