Reto Detox Para El CorazónSample
Indiferencia
Hablemos de indiferencia, la que trabajamos fuertemente en nuestro interior para demostrarle a esa persona que nos hirió, que somos inmunes a sus acciones.
“No importa lo que hagas realmente no me afecta”, y cada acto de indiferencia son estocadas frías que das a tu corazón; cada noche que te acuestas con esa sobredosis de amargura e hipocresía, se convierten en toxinas que contaminan tu corazón.
Puedes mantener sonrisas fingidas frente a los demás, puedes mirarte al espejo y convencerte de que estás ganando la batalla, siendo indiferente, en vez de perdonar sinceramente; puedes realizar oraciones superficiales y auto engañarte, creyendo que Dios está conforme con tu actitud, pero un día, te derrumbas. El corazón hastiado hace que llores de rabia e impotencia, no por lo que te han hecho sino por la carga tan pesada que has decidido llevar. “Quiero que él o ella sufra como me hizo sufrir a mí”, es lo que a voces grita la indiferencia.
Mateo 5:38-48 insta a responder al mal con bien, y duele, duele que alguien a quien amas te traicione, duele que alguien en quien confías te engañe; pero duele aún más cuando decides sumar a ese dolor la indiferencia, creyéndote que eres invencible, y además sumarle la falta de perdón.
Desecha de tu corazón la actitud indiferente, el único perjudicado eres tú. Dios te da la oportunidad de ser libre del dolor, del engaño y la traición. Te brinda la opción de iniciar un proceso de restauración en tu corazón, pero requiere:
1. Que elimines de ti el complejo de superhéroe, de que nadie puede dañarte.
2. Que liberes de tu corazón a las personas que te han lastimado.
Cambia la actitud indiferente que intoxica tu corazón, por una actitud de amor incondicional, que no consiste en dejarte pisotear una y otra vez, sino en valorarte como Cristo te valora, para poder aceptar a otros y sus imperfecciones, no siendo de ellos cómplice ni juez, sino guarda que les confronta en amor.
Scripture
About this Plan
Constantemente somos bombardeados con pensamientos contrarios a la mentalidad de Cristo, los cuales llenan nuestro interior de toxinas que nos hacen dudar de nuestra identidad como hijos de Dios. En este plan caminaremos hacia el corazón del Padre, exponiéndonos a Su verdad mientras desintoxicamos nuestro interior. Al final podremos declarar la verdad que cita 1 Juan 4:16: “He llegado a saber y creer que Dios me ama” (Énfasis añadido).
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